Con lo que voy a escribir a continuación, parecería que tengo querencia hacia lo macabro, pero nada más lejos de la realidad, es un tema que siempre me ha intrigado por su falta de transparencia y más ahora después de conocer un informe del Ejecutivo europeo. Yo tenía conocimiento de estadísticas primero alemanas, y después de bastante tiempo de España, pero sigo sin comprender como una cosa de tanta trascendencia como el suicidio, no solo no la ponen en conocimiento del público en general, sino más bien todo lo contrario. El suicidio es considerado en occidente como algo vergonzoso para la familia; es sinónimo de debilidad, de enfermedad, de conducta inadecuada y por ello pocos o casi nadie lo dan a conocer. Es un problema en el que parece haber consenso entre sociólogos, sicólogos, psiquiatras, antropólogos y demógrafos, cuando lo consideran como un rasgo de la modernidad, uno de los males del siglo. Las tasas más elevadas de suicidios se constatan en Europa y Japón (30 mil al año) y las más bajas en América latina (Que me diga alguien si estoy equivocado cuando pienso en escaparme para aquellos lares). Pregunto: ¿No será que algunos se consideran responsables de esto, motivo por el que no lo publicitan?
El Ejecutivo europeo indica que 58.000 personas se quitan la vida cada año, una cifra superior a la que provocan los accidentes de tráfico, 50.700 personas, o a la de los crímenes, 5350. Según el comisario europeo de Salud, Markos Kyprianou, “las enfermedades mentales son el asesino invisible de Europa”. El informe de las autoridades europeas señala precisamente que la mayoría de los suicidios están ligados con una enfermedad mental, en primer lugar, la depresión. El 15 % de las personas afectadas por la depresión se suicida y el 56 % intenta hacerlo.
En el conjunto de la UE, los fallecimientos ligados a la inestabilidad mental están en constante aumento. Las proyecciones indican que, si no se actúa rápidamente, las conductas suicidas aumentarán de manera espectacular en la próxima década.
Los estudios más recientes señalan que una persona de cada cuatro conoce por lo menos un episodio “significativo” de enfermedad mental en el transcurso de su vida. En Europa, no menos de 30 millones de personas sufren de depresión grave.
En Alemania, el índice de muertes voluntarias alcanza a más de 11 mil personas y a 120 mil que intentaron hacerlo sin éxito. El programa alemán de Prevención del Suicidio puso en marcha toda una serie de mecanismos prácticos destinados a disminuir el número de aspirantes al más allá.
Alemania logró reducir en un 40 % la tasa de suicidios. En los años ‘70 había 25 suicidios por cada 100 mil habitantes. Hoy, el índice llega a 15. En España, no solo se ponen medios para que esto no ocurra, sino como ya he dicho el ocultismo es mas que sospechoso. Aburren hasta saciedad con los accidentes de tráfico, la inversión en radares, el carné por puntos, en dar relaciones de puntos negros (En vez de invertir en que desaparezcan) y después de tantas medidas que para mi mas que preventivas son recaudatorias, lo único que consiguen es aumentar el numero de muertos, y si no ahí están las estadísticas de esta última semana santa en comparación de las del año anterior.
Por último decir que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un millón de personas se suicida en el mundo cada año. El costo humano es mucho más elevado que el de las guerras o las epidemias.
Si después de ver estos datos alguien piensa que el tema no es para tomárselo en serio, que venga dios y lo vea. Claro que para los políticos, lo importante, son las elecciones que se acercan y en ellas se juegan sus prebendas.
Una amiga costarricense, se me enfado mucho cuando escribí que me quería escapar de esta civilización, diciéndome que si yo me creía que ellos eran unos salvajes que aun andaban con serpientes paseándose por las casas y cosas por el estilo. Aunque le pedí disculpas, no iban por ahí los tiros, algo tenía que ver con lo de que la tasa de suicidios más baja, se dé precisamente en Latinoamérica. Algo estamos haciendo rematadamente mal en este puñetero primer mundo.
Posteriormente escribí sobre este mismo tema.
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