Privatización del agua
Coincidiendo con mi anterior escrito sobre el agua, Víctor me ha mandado este trabajo realizado por él, junto a dos compañeros. Magnifico y bien documentado el realizado por estos tres estudiantes de Ciencias Ambientales.
Autores del trabajo:
VICTOR ANTÓN VALADÉS (ÁFRICA)
CARLOS ESTEBAN PACHECO (AMÉRICA LATINA)
ALVARO ULLIVARRI ORTE (ASIA)
EL AGUA EN EL TERCER MUNDO
HISTORIA
Nos decidimos a realizar un trabajo, en el cual recoger, ordenar y dar nuestra opinión sobre toda la información, que encontremos sobre el uso del agua en la agricultura, la contaminación del líquido, las enfermedades que puede transmitir, la disponibilidad de agua potable y el saneamiento de la población situada en países subdesarrollados o en vías de desarrollo, y como la privatización de este elemento tan vital, interviene en algunos casos para facilitar la vida a los habitantes del tercer mundo y en otros, la mayoría como hemos podido comprobar a lo largo de este trabajo, llega a ser perjudicial para alguna parte o para la población entera del territorio afectado, incluso, en algunos casos, se llega a generar conflictos bélicos.Este tema se nos ocurrió, ya que a mediados de agosto de 2008, nos informaron sobre la existencia de un libro titulado “Ryan and Jimmy: And the Well in Africa That Brought Them Together”, que trata de la historia de Ryan Hreljac, un chico de Canadá que con 6 años, se preguntó ¿Por qué al otro lado del planeta no podían disponer de agua potable abriendo un pequeño grifo, tal y como él hacia? El chico para intentar dar respuesta a esta pregunta fundo una ONG, la cual ha dado hasta ahora servicio de agua potable a 577.640 personas.
Tras leer este libro, reflexionamos sobre el mundo en el que vivimos para que alguien con 17 años, tenga que encargarse de una de las mayores ONGs, encargadas en implantar potabilizadoras y medios similares en países subdesarrollados.
Comenzamos nuestra búsqueda de información visitando una sede de Greenpeace y una tienda de Intermon Oxfam, que se encuentran en la zona de Alberto Aguilera. En Greenpeace nos dijeron que no tenían nada al respecto y que si conseguíamos alguna información se la enviasemos, en Intermon Oxfam nos hablaron de un libro “el manifiesto del agua” de Ricardo Petrella el cual compramos. Después de esto buscamos otro libro similar y al final lo encontramos en una biblioteca de temática africana en la calle Gaztambide. Esta biblioteca es llevada por unos misioneros, que nos han ayudado buscando información en sus archivos sobre este tema. Debido a que no podíamos sacar los libros de la biblioteca tuvimos que ir cuatro días. En este tiempo los encargados de la biblioteca consiguieron algunos artículos y libros en relación con nuestro tema, de los cuales hemos conseguido información para realizar este trabajo.
Para emprender el proyecto intentamos ponernos en contacto con las embajadas de Mauritania, Guinea y Angola, consiguiendo hablar con el cónsul de la embajada de Angola en España Cándido Dos Santos. Hablamos con él sobre temas de su país y aunque no era su trabajo y por lo tanto no sabía mucho al respecto, nos iba a proporcionar datos e informes sobre el plan de aguas de Angola que fue presentado, el 6 de agosto, en la Expo 2008. Ya que tenía relación con el encargado de este programa.
El plan de aguas de Angola pretende, entre otros asuntos, abastecer de agua potable al 85% de la población rural para el 2012, implantar sistemas de riego en zonas agrícolas y un programa para el saneamiento de las aguas residuales. Habiendo pasado 1 mes de esta conversación, volvimos a quedar con él de nuevo, esperando encontrarnos con toda la información que nos dijo, pero no pudo hablar con el encargado que llevaba el proyecto y nos comento, que en cuanto lo tuviera nos llamaría, asunto que aún seguimos esperando.
Pero con las conversaciones que mantuvimos con “Cándido” y con los consejos que nos dio “Manuel Chiquero Molina”, un amigo que ha finalizado un máster de cooperación y ayuda al desarrollo, teníamos algo de información para plantear un “proyecto”, con el fin de reflejar que existen posibilidades, para solucionar el problema del abastecimiento de agua potable, en los países del tercer mundo, distinto a la privatización del agua.
INTRODUCCIÓN
En 1998, 28 países sufrían escasez de agua y para el año 2025 se prevé que esta cifra se eleve a 56 países. El número de personas que no dispone de agua suficiente aumentará de 131 millones a 817 millones y según las expectativas de gasto de agua, para el año 2025 no habrá suficiente agua potable para el consumo por habitante.Estos datos son suficientes para darnos cuenta de que algo falla. Con este trabajo pretendemos sumarnos a las voces que tratan de llamarnos la atención sobre una cuestión que empeora por momentos, el acceso de las personas a agua potable, y es que cada vez son más los países con falta de agua suficiente para el consumo de su población, agricultura y ganadería.
Según algunos científicos las soluciones actuales pasan por utilizar avances genéticos en el campo alimenticio para reducir el uso de agua en agricultura, consiguiendo especies resistentes a las sequías pudiendo crecer en zonas semi-desérticas. Esto, según sus defensores, además podría lograr abastecer la demanda alimenticia de la población. Otros abogan como solución procesos de obtención de agua alternativa, como puede ser la desalación del agua del mar.
Sin embargo, nosotros creemos que la solución debería empezar por una gestión racional, solidaria, en la que no primen los intereses económicos de un puñado de personas, sino más bien los derechos fundamentales de miles de personas.
Para ello, hemos considerado que antes de nada era necesario poner de manifiesto la situación actual y el mal uso que se le da al agua. Para ejemplificar esto vemos que en los países con un nivel de ingresos medio el consumo es de 150 litros, aproximadamente, y en los pueblos de Sahel se reduce a 30 litros, es decir, que la cisterna que utilizamos en cualquiera de los países desarrollados equivale al agua que consume una persona que por puro azar le ha tocado vivir en una zona subdesarrollada.
Tal vez nos ayude a darnos cuenta de la magnitud y la repercusión que puede tener también las malas condiciones en las que se encuentra el agua en otras partes del mundo el saber que, actualmente, mueren diariamente 9300 personas, de las cuales 6000 son niños, debido a enfermedades derivadas de aguas no aptas para el consumo o con malas condiciones de saneamiento e higiene. Esto implica que al año mueren casi tres millones y medio de personas, muchas más que la mayor sangrienta de las guerras. Además estas cifras aumentarían extremadamente si tuviésemos en cuenta las hambrunas que ocasionan las sequías y los conflictos que se originan en algunos países.
Por ello con este trabajo trataremos de recoger la situación actual más concisamente. La vamos a exponer por continentes, y nos olvidaremos de Europa porque creemos que el problema no está tan acentuado. Además también hablaremos de los conflictos que se originan y de la privatización del agua.
ÁFRICA
Según el Programa de evaluación de los recursos hídricos mundiales de las Naciones Unidas, 2006, el 25% de la población de África adolece de una elevada escasez crónica de agua: el 13% de la población padece de escasez de agua a causa de la sequía una vez por cada generación, el 17% carece de una fuente de agua renovable, unos 300 millones de africanos carecen de acceso a agua potable y al menos catorce países del continente sufren un déficit permanente de agua.La Cumbre del Milenio tiene como fin reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carezcan de acceso sostenible a agua potable y servicios de saneamiento básicos. Si encima tenemos en cuenta el crecimiento demográfico que se prevé hasta el 2015, habrá que crear en el continente africano redes de distribución de agua potable y de saneamiento para unos 400 millones de personas. Esto implicaría, según la OMS, triplicar el actual ritmo de inversiones destinadas a este objetivo, lo cual, teniendo en cuenta las perspectivas actuales sobre ayuda a países pobres, parece un objetivo difícil de lograr.
Si centramos las cifras de muerte por este problema la mayoría provienen del continente africano, donde actualmente hay más de veinte millones de africanos amenazados de muerte por desnutrición por las hambrunas provocadas por las sequías en solo poco más de una decena de países del Cuerno de África y del África austral.
Aparte de las enfermedades y de las muertes este problema también afecta a la calidad de vida, viéndose reflejado en que, por ejemplo, muchas mujeres africanas dedican una media de entre cinco y ocho horas semanales a transportar agua para sus hogares. Este problema se da incluso en lugares cercanos a grandes reservas naturales de agua como el lago Malawi. De hecho se estima que las mujeres de la región semidesértica del Sahel acarrean diariamente más de 300 millones de litros de agua.
La proporción de los recursos mundiales de agua dulce de África es aproximadamente del 9 por ciento. Estos recursos de agua dulce se distribuyen irregularmente, siendo la parte occidental y central la que tiene una precipitación significativamente mayor a la parte norte, sur y el Cuerno de África. Esto se demuestra si observamos la diferencia entre las cifras del país más húmedo, Republica Democrática del Congo (RDC), la cual tiene el 25% de los recursos hídricos del país; mientras que el país mas seco, Mauritania, tiene un 0´001% de estos recursos.
Debido a esta irregularidad de distribución de este recurso hay algunos países que son muy dependientes de los recursos de aguas subterráneas, como por ejemplo Argelia con un uso del agua subterránea de un 60% o Libia que llega al 95%.
Además de todo esto, durante los últimos 30 años, las sequías y las inundaciones han aumentado tanto en frecuencia como en intensidad. Durante los últimos diez años, África ha experimentado casi un tercio de las catástrofes relacionadas con el agua ocurridas a nivel mundial, con casi 135 millones de personas afectadas, el 80% debido a las sequías. En 2000, grandes inundaciones azotaron al África del Sur, dejando a 850.000 personas sin hogar y cobrándose casi 1.000 víctimas.
A todo esto hay que añadir que según el Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC), el continente africano es el más vulnerable al cambio climático. Se espera que la escorrentía y la disponibilidad de agua disminuyan en las regiones del norte y del sur del continente; ello vendrá acompañado de una mayor frecuencia de inundaciones y sequías. Como resultado, se espera que 25 países africanos sufran escasez de agua o tensión hídrica durante los próximos 20–30 años, tal y como se muestra en el mapa.
Países susceptibles de sufrir tensión hídrica o escasez de agua en 2025
La meta del ODM es reducir a la mitad para 2015 la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable ni al saneamiento.A continuación se muestra un análisis de las estimaciones del programa de vigilancia de la OMS y UNICEF del abastecimiento de agua:
y del saneamiento:
Con sólo un 64 por ciento de la población teniendo acceso a un abastecimiento de agua adecuado, África es proporcionalmente la región del mundo que más sufre de la ausencia de este servicio. La situación es mucho peor en las zonas rurales donde la cobertura es sólo del 50 por ciento comparada con el 86 por ciento en las zonas urbanas. Todavía aún más de la mitad de los habitantes de las zonas urbanas carecen de un abastecimiento adecuado, si por ello entendemos disfrutar de una conexión hasta el hogar o de una toma de agua en el jardín.
Si nos referimos al saneamiento adecuado, sólo el 60 por ciento de la población africana tiene acceso a este (80% en zonas urbanas y 48% en las rurales). En la mayoría de las grandes ciudades de África, menos del 10 por ciento de sus habitantes tienen conexión al alcantarillado y sólo se recogen del 10 al 30 por ciento de los residuos sólidos domésticos de las zonas urbanas.
El problema de la agricultura también es importante en el continente africano, ya que para este fin se destina el 63% del agua utilizada. En este continente según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) hay algo más de doce millones de hectáreas de cultivo de regadío, lo cual supone más del 2% de los cultivos de regadío del planeta, este es un porcentaje muy bajo, teniendo en cuenta que en África vive cerca del 14% de la población.
Aparte de este problema de escasez de cultivos de irrigados, hay otro muy importante en la agricultura africana, la mala calidad y la inadecuación de sus sistemas de riego que hace que se pierda en torno al 60% del agua. Esto implica que con la misma cantidad de agua que se utiliza actualmente, se podría obtener una mayor producción si se tuviesen unos sistemas de conducción de agua y de regadío más adecuados, modernos y seguros. Sin embargo, como declara el PNUMA, estas inversiones son imposibles de realizar por la mayoría de los países africanos, con lo que necesitarían de ayuda internacional para desarrollar estos proyectos.
Este mal aprovechamiento del agua no solo influye en el abastecimiento de alimentos, sino que influye en la aparición de serios problemas ecológicos como la desecación de algunos ecosistemas como esta ocurriendo en el lago Chad, el cual en la actualidad ocupa una extensión de 1.425 km2 , lejos de los 10.360 o 25.900 km2 que ocupaba en los años 60.
Otro de los grandes problemas de África es la contaminación de sus aguas. Esto se puede ver claramente en el ejemplo del lago Victoria, donde la implantación de numerosas industrias y el incremento de la población de sus riberas ha producido numerosos vertidos de aguas residuales procedentes de estas dos vertientes. Por otro lado el incremento del tráfico lacustre ha producido también numerosos vertidos de combustible y otros residuos humanos. Todo esto ha provocado la imposibilidad de utilizar el agua de este lago para usos domésticos y ha acabado con buena parte de la buena pesca de otros tiempos. Por si fuera poco, todo esto ha provocado la proliferación de los jacintos de agua en el lago, los cuales inutilizan partes del lago para la navegación debido a la red tan tupida que crea esta planta, también impide la oxigenación del agua produciendo la muerte de muchas especies, e incluso, en algunos casos, llegando a su desaparición. Todos estos problemas que se extienden por todo el continente africano se podrían evitar implantando sistemas de depuración, los cuales no existen en casi ninguna ciudad del continente. Esto permitiría reciclar agua, así como aprovechar otros rendimientos del proceso de depuración como puede ser la obtención de abono.
La Red África – Europa Fe y Justicia (AEFJN), la cual agrupa 40 congregaciones religiosas católicas, con miembros que viven y trabajan en ambos continentes, ha publicado el informe “Agua, un derecho de todos: privatización del agua y de los servicios de saneamiento en África”. Este documento rechaza la tendencia actual a dejar en manos de las fuerzas del mercado la satisfacción de un derecho tan básico y vital para la supervivencia de los seres humanos, especialmente en los países pobres.
Este informe parte del principio de que el acceso al agua es un derecho inalienable de toda persona porque es imprescindible para el mantenimiento de la vida. El agua fue definida por la Comisión para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU en noviembre del 2002 como: “un bien esencial para la vida y la salud. El derecho al agua potable da a cada persona el derecho al agua potable, suficiente y barata para el consumo personal y domestico”.
La escasez de agua y el desigual acceso a la misma constituye una de las más serias amenazas a la paz y una fuente de posibles conflictos en diversas zonas del mundo. Además de esto, la escasez de agua y el constante aumento de la demanda están convirtiendo al agua en un bien comercial muy codiciado por las grandes empresas multinacionales. La explotación de los recursos hídricos ha pasado a convertirse en un gran negocio, en el que cuentan más los beneficios que las necesidades básicas y los derechos de las personas.
Tanto en África como en el resto del mundo pobre, hay estados que han sido incapaces de proveer de agua potable a sus poblaciones. Las causas son muy variadas. En algunos países, el fracaso se ha debido a la mala gestión, a la corrupción o a las inversiones equivocadas. En otros casos los gobernantes no han podido desarrollar las estructuras necesarias para el abastecimiento de agua por falta de fondos públicos o porque una gran parte de ellos ha tenido que ser destinado a pagar las deudas contraídas con las organizaciones financieras internacionales.
Por ello, en los últimos años, muchos gobiernos están recurriendo a las compañías privadas que operan a escala global para resolver los problemas de agua y ofrecer los servicios de saneamiento a la población. Las fórmulas varían según los países, pero la más frecuentes son la total privatización de los sistemas de administración y suministro del agua o la gestión conjunta de los mismos por parte de los poderes públicos y el sector privado. En ambos casos se tiende a reducir la intervención del estado a la creación de condiciones favorables para las actividades de los inversores.
Las compañías privadas proveen los fondos para la creación de nuevas plantas de tratamiento del agua o para la renovación de las ya existentes y también la tecnología necesaria para asegurar un funcionamiento eficaz. Como contrapartida, los empresarios son libres de aplicar a la explotación del agua las leyes de mercado, que buscan generar las mayores ganancias posibles.
En muchos países, la privatización total o parcial de los servicios del agua de saneamiento no ha sido una medida adoptada libremente por los propios países, sino que ha venido impuesta desde fuera. Entre los más poderosos impulsores de esta tendencia liberalizadora en los países pobres se encuentran, además de numerosas compañías transnacionales del sector del agua, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde los años setenta, las multinacionales que operan en el mercado del agua y de los saneamientos han utilizado el argumento de la escasez del liquido elemento para forzar la privatización del sector en todo el mundo, como única solución posible al problema. Desde mediados de 1980, tanto el BM como el FMI promuevan esa misma tesis. En lugar de incrementar las ayudas a los países en vías de desarrollo para que reestructuren, rehabiliten y expandan sus servicios de agua potable y saneamiento, los dos organismos los obligan a privatizarlos como condición para la concesión de nuevos préstamos.
Un ejemplo de las presiones económicas a las que están sometidas estos países, sería cuando en el año 2000 el FMI revisó su política de préstamos a Angola, Benín, Guinea – Bissau, Nigeria, Ruanda, Sao tomé y Senegal. A todos esos países les exigió la privatización de la industria del agua y un reajuste periódico de las tarifas que pagan los consumidores para asegurar un beneficio razonable a las campañas inversoras. Ese mismo año, el BM y el FMI impusieron también a Camerún la privatización del mercado del agua como condición para la condonación de parte de su deuda externa. Gracias a ello la corporación francesa Suez compró el 51% de las acciones de la Sociedad Nacional de las Aguas y obtuvo una concesión para comercializar, durante veinte años, la distribución de agua en ese país africano.
El informe de la AEFJN subraya los problemas que la administración y suministro del agua genera tanto en África como en la mayoría de los países en vías de desarrollo:
Tendencia a favorecer a los ricos en detrimento de los pobres: Las estrategias de mercado convierten el agua en un artículo de consumo más dirigido a la obtención de beneficios por parte de las compañías que negocian con ellos, que a satisfacer las necesidades de las poblaciones locales o a la preservación de los recursos naturales. En la práctica, esas corporaciones están más interesadas en servir a las personas pudientes en los centros urbanos, la industria y la agricultura intensiva, que pueden pagar los precios comerciales, que en suministrar agua a los habitantes pobres de los barrios periféricos y de las zonas rurales. Además de esto se ha demostrado con estudios que esta privatización no ha mejorado el suministro de agua a los pobres. De hecho en algunos sitios como en la ciudad de Nels pruti (Suráfrica), esta a llevado a un aumento de un 400% en las tarifas entre 1995 y 2000, por lo que la población se vio obligada a consumir agua del río y brotó una epidemia de cólera que produjo numerosas victimas.
Dependencia tecnológica y pérdida de las alternativas locales: La capitalización de la administración del agua por parte de compañías privadas casi siempre favorece la implantación de proyectos caros y de una tecnología sofisticada. Esta práctica aumenta la dependencia económica de los países pobres y descuida los proyectos y formas de desarrollo locales que ofrecen perspectivas de mayor sostenibilidad. Estos ofrecen soluciones de bajo coste, descentralizadas y avaladas por la tradición como, por ejemplo, el aprovechamiento del agua de lluvia. Los métodos y tecnologías tradicionales cubren mejor las necesidades y exigencias de los sectores más pobres de las sociedades africanas. La concentración de capital y tecnología en manos privadas también contribuyen a debilitar las iniciativas populares, como pueden ser el desarrollo de economías locales, el establecimiento de cooperativas, la solidaridad entre consumidores y la participación democrática en la toma de decisiones.
Efectos dañinos para la comunidad y los recursos: Las compañías privadas mantienen que pueden aportar soluciones a la crisis del agua en los países en vías de desarrollo pero, hasta el momento, la experiencia muestra que tales pretensiones carecen de fundamento. La liberación y la privatización de los servicios de agua y de saneamiento en África están conduciendo a la pérdida de participación de las comunidades locales y su legítimo control democrático, en un asunto que es vital para su propia supervivencia. La privatización favorece la formación de monopolios y la dependencia de inversores extranjeros que, invariablemente, se embolsaran los beneficios mientras cargan los riesgos sobre los hombros de los países en los que operan. La liberación y la privatización imponen, asimismo, una serie de estrategias unilaterales en la obtención y el tratamiento de aguas, basadas en criterios e intereses puramente económicos. Esa política pone en peligro los ciclos hídricos locales con el frecuente desvío de excesivas cantidades de agua a puntos lejanos de abastecimiento, minando el tradicional interés de la población en la protección y conservación de unos recursos naturales que no pueden disfrutar.
La solución por la que aboga la AEFJN es que la opinión pública se conciencie para que pida a sus gobiernos:
Que la Unión Europea insista ante la Organización Mundial del Comercio, a fin de excluir el agua para uso domestico y los servicios básicos de saneamiento del Acuerdo General del Comercio de Servicios (GATS).
Que la comisión europea y los gobiernos nacionales defiendan, ante las instituciones financieras internacionales, que la privatización de los servicios que garantizan el acceso al agua para el uso domestico y el saneamiento básico, no debe ser una condición para la concesión de préstamos y ayudas a los países africanos.
Que los gobiernos y las compañías que acuerden la explotación conjunta de los recursos hídricos, incluyan en sus contratos cláusulas, que garanticen el derecho de todos al acceso al agua para el consumo doméstico y el saneamiento básico.
Todas estas razones provocan que se generen conflictos por el agua. En África hay varios puntos calientes como el del curso del Nilo, donde un tratado de la época colonial firmado en 1929 y revisado en 1959, cuando todavía la mayoría de los países estaban bajo dominio del Reino Unido, concede la preeminencia a la hora de tomar decisiones sobre el uso de sus aguas a Egipto, que tiene reconocido el disfrute del 82% del caudal del rió. Sin embargo el 86% del caudal anual lo aporta la zona perteneciente a Etiopía, mientras que el 14% restante viene de Kenia, Uganda, Tanzania, Ruanda, la República Democrática del Congo y Burundi. Aparte de esto la gestión de las aguas del Nilo afecta muy directamente a otros cuatro países (Sudán, Etiopía y Eritrea). Estos nueve países han reclamado en numerosas ocasiones la revisión de este reparto del agua. Para ello la creación de la Iniciativa de la Cuenca del Nilo en 1999, la puesta en marcha del Consejo de Ministros del Nilo en abril del 2003 y los 22 proyectos actuales de desarrollo, a un costo de 100 millones de dólares, están disminuyendo estas tensiones.
Sin embargo este tipo de organizaciones regionales no siempre implica el fin del problema ya que, por ejemplo, el cauce del río Senegal hace frontera entre Senegal y Mauritania durante varios cientos de kilómetros. Por ello estos países crearon hace años la Organización para la Puesta en Valor del Río Senegal (OPVS). Sin embargo, el anuncio de un proyecto de regadío con aguas del Senegal del gobierno senegalés causo en los años 90 fuertes tensiones entre ellos provocando que miles de senegaleses residentes en Mauritania y de mauritanos residentes en Senegal fueran deportados.
Estos problemas son muy frecuentes en muchos lugares como entre Libia y Egipto por el uso de las aguas subterráneas libias, o entre Namibia y Botswana por el aprovechamiento del río Okavango. Esto ejemplifica lo que según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se da en un 40% de los recursos de agua dulce mundiales, ya que son compartidos por varios países.
Pero estos conflictos pueden llegar a provocar guerras como sucedió en Angola desde 1975 hasta 2002 donde fuerzas rebeldes de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) y el ejército del gobierno angoleño lucharon por la posesión de todas las riquezas naturales que, como se demuestra en el proyecto, tiene Angola.
En la Republica Democrática de Congo grupos opuestos al régimen de Kabila atacaron la presa de Inga, para cortar el suministro de agua y electricidad a la capital, Kinshasa. En 1999 y 2000, los ejércitos de Namibia y Botsuana y Zambia se vieron envueltos en una disputa sobre fronteras y el acceso al agua en la isla Sedudu/Kasikili en los ríos Zambeze y Chobe. También la presa y proyecto de irrigación de Kassala, en la frontera con Eritrea, ha sido escenario de enfrentamientos entre el ejército de Sudán y guerrilleros del Ejercito para la Liberación del Pueblo Sudanes (SPLA).
El problema del agua deriva en que el nivel de problemas de salud derivados de las enfermedades diarreicas relacionadas con el agua, el saneamiento y una higiene inadecuada, para los niños africanos menores de cinco años, es 240 veces superior a la de los países de ingresos elevados. Estas son algunas de las enfermedades derivadas de este problema:
Malaria: La malaria afecta sobre todo al África Subsahariana, donde mueren más de 1,1 millón de personas, cerca del 85,7 por ciento de la proporción global anual, y de manera particular a los niños menores de cinco años. La enfermedad de la malaria constituye la principal causa de mortalidad infantil y el 10 por ciento de todas las enfermedades, provocando así un retraso en el crecimiento económico de los países africanos de un 1,3 por ciento anual.
Esquistosomiasis: De los 256,7 millones de personas en el mundo que se estima están infectadas por la esquistosomiasis (bilharzia), 212,6 millones (82,8 por ciento) de los casos ocurren en África Subsahariana.
Filariasis linfática: Las poblaciones urbanas de África también se encuentran entre las más afectadas por la filariasis linfática.
Si nos referimos a problemas de desnutrición podemos observar que el número de africanos desnutridos aumentó bruscamente durante los años noventa, manteniendo esta tendencia en el nuevo milenio. Mientras a nivel mundial el número total de personas desnutridas ha disminuido, la proporción de población desnutrida del África Subsahariana se ha mantenido casi inalterada. Un ejemplo de esto es el que refleja la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en el informe “Situación del Suministro de Alimentos y Perspectivas de los Cultivos en el África Subsahariana”. En el describe la situación del suministro de alimentos en Eritrea como ‘crítica’, principalmente debido a las graves sequías acaecidas durante las estaciones agrícolas anteriores. El informe también incluye a Etiopía, Mauritania y Zimbabwe como países que necesitan urgentemente ayuda alimentaria.
AMÉRICA LATINA
Sudamérica es una de las regiones más ricas en agua dulce del mundo: constituye un 15% del territorio y apenas posee un 8,5% de la población mundial. Pues bien, esta región recibe el 29 % de la precipitación y tiene un tercio de los recursos hídricos renovables del mundo (FAO, 2002). Sin embargo si que es verdad que es un territorio muy amplio y heterogéneo existiendo grandes diferencias entre las distintas zonas.Gran parte del agua dulce de este continente se encuentra bajo tierra. El acuífero más importante es el llamado Gigante del Mercosur. Este inmenso reservorio de agua se extiende desde el pantanal en el noroeste de Brasil, ocupa parte de Paraguay y Uruguay y llega hasta la pampa argentina. Incluso se piensa que, a grandes profundidades, el acuífero está conectado con los lagos patagónicos.
Por otro lado entre los ríos de Latinoamérica se encuentra uno de los más importantes del mundo: El Amazonas, que es el río más largo, con mayor caudal y el que posee la mayor superficie de cuenca del mundo. Muchas son las personas que viven de él a pesar de las enfermedades que ello puede conllevar como explicaremos más tarde.
A pesar de ser uno de los lugares con mayor abundancia de agua dulce más del 20% de sus habitantes viven sin abastecimiento de agua potable y más del 30% sin saneamiento.
Cualquiera que sea la región, las mayores disparidades en el sector de agua potable y saneamiento se dan entre las poblaciones urbanas y rurales, con una tasa de acceso del 95% en el caso de las primeras, frente al 73% en las segundas. De los 50 millones de personas que viven sin agua potable 34 millones pertenecen a áreas rurales.
Estos niveles de cobertura significan que en las áreas urbanas de los países de la región todavía hay unos 26 millones de personas sin acceso a servicios de agua potable y unos 37 millones sin servicios de saneamiento (PNUMA, 2003). Los países que presentan mayores déficits de cobertura son Haití, Paraguay, la República Dominicana, Nicaragua, Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador y Perú. Pero dentro de las mismas zonas urbanas hay diferencias: Un residente de un barrio marginal dispone de 5 a 10 litros de agua al día, mientras que un hogar de ingresos medios o altos de la misma ciudad puede consumir entre 50 y 150 o más litros al día.
Algunos de los países de Sudamérica que poseen una buena cobertura de agua potable en sus ciudades tienen el menor índice de abastecimiento en el medio rural.
Los afortunados que pueden acceder a un sistema de agua potable y saneamiento lo cierto es que en la mayoría de los casos dependen de instalaciones obsoletas y en decadencia las cuales deben ser reparadas o reemplazadas. Únicamente un cuarto de la población urbana cuenta con sistemas que aseguran la calidad del agua (CEPAL, 2003).
Esta es una situación muy compleja ya que la falta de recursos económicos impide el desarrollo de una política hidrológica adecuada. Además en muchas ocasiones la corrupción existente en los gobiernos de Latinoamérica dificulta aún más este objetivo. En muchas ocasiones la imposibilidad de llevar una gestión adecuada del agua es utilizada por multinacionales para privatizar este recurso como trataremos posteriormente.
La agricultura produce grandes impactos ambientales. La adición de sustancias fertilizantes, herbicidas, insecticidas… contaminan los cuerpos de agua cercanos por percolación o escorrentía. Esto tiene un efecto muy negativo sobre la calidad del agua y finalmente sobre la salud de los habitantes de la región. Este es el motivo también de la eutrofización de las aguas rompiendo los ecosistemas naturales de la zona. El exceso de riego en algunas áreas está produciendo un aumento en la salinidad del suelo lo que afecta a la biodiversidad de la zona (PNUMA, 2003). Este hecho lo encontramos por ejemplo en el norte de Chile. Además el aumento que se está produciendo de tierras destinadas al sector agrario está provocando graves daños sobre las masas forestales. Se está realizando una tala masiva de bosques lo que provoca la erosión del suelo y peligros de escorrentía. Además estas tierras son muy pobres en contenido de nutrientes por lo que pronto pierden su capacidad productiva. Un ejemplo claro de este proceso es el cultivo de soja que tanto éxito está teniendo en estos tiempos. Son enormes latifundios controlados por muy pocas personas en las cuales el número de trabajadores que se requieren es también mínimo.
La contaminación hídrica supone uno de los mayores problemas de Sudamérica alcanzando niveles alarmantes en algunos casos debido a que en la mayoría de las ocasiones el agua servida no recibe tratamiento alguno o este es insuficiente. El porcentaje de aguas servidas del alcantarillado tratadas apenas alcanza el 14%. Esta es la razón de la gran contaminación que presentan muchos cuerpos de agua (ríos, lagos, acuíferos…) que se encuentran en las inmediaciones de los núcleos urbanos. Además en muchas ocasiones estas aguas servidas sin tratar se utilizan para el regadío. Este hecho se produce sobre todo en zonas donde la escasez de agua es alta, concretamente en Méjico, Perú, Chile, Bolivia y Argentina (Jouravlev, 2001).
Un dramático ejemplo de contaminación de aguas es el de La Cuenca Matanza-Riachuelo en la Provincia de Buenos Aires que posee 2.240 km² y 5 millones de habitantes, de los ni siquiera la mitad tiene cloacas y el 65%tiene acceso al agua potable, quedando 1,7 millones de personas dependiendo de pozon negros y fosas sépticas. Más de 3.000 empresas tiran sus residuos sin tratar o insuficientemente tratados al río.
Estos productos de desecho van desde materiales radiactivos hasta toxicos muy potentes. A estos residuos hay que añadir los generados por los habitantes que van a parar también al río. Reflejado en datos reales el río recibe 386.000 m³de residuos, lo que viene a ser el doble del caudal mínimo promedio del rio (Frers, 2008).
El agua es un bien necesario para la vida por lo que todo el mundo tiene derecho a ella. Sin embargo los grandes organismos mundiales como el Banco Mundial o la Orgarnización Mundial del Comercio influenciados por las multinacionales pretenden añadir este derecho fundamental al mercado mundial. Para el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) el agua supone uno de los botines más valiosos. En muchas ocasiones se utiliza la deuda externa como chantaje para hacerse con el control del agua (Clarke y Barlow). Este es el resonado caso de Cochabamba en Bolivia a manos de la empresa Bechtel que comentaré en el apartado de conflictos por el agua ya que gracias a la presión ciudadana se consiguió echar a la empresa del país.
El que se privatice el agua no siempre supone que haya una mejora en los servicios y en la calidad. Por el contrario se suben los precios de este recurso vital provocando que parte de la población con menores ingresos no pueda acceder a ella.
Además de privatizar el agua se está alterando su curso natural con megaproyectos que en ningún momento valoran el desastroso impacto ambiental que ello puede conllevar.
Entre estos megaproyectos destacamos algunos liderados por las tres principales organizaciones que están actuando en este ámbito: la North American Water and Power Alliance (NAWAPA), el Plan Puebla Panamá (PPP) y la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional de Suramérica (IIRSA). Los dos últimos afectan a Latinoamérica.
- El PPP tiene como objetivo el establecimiento de corredores industriales desde Méjico hasta Panamá a través de redes de transporte y comunicaciones. A parte de facilitar los movimientos comerciales entre el Atlántico y el Pacífico hay una intención clara de creación de industria agrícola, maquiladoras y atrayentes del sector turístico. Para el logro de estas iniciativas es necesaria la extracción de grandes cantidades de recursos naturales entre los que se encuentra el agua cuya procedencia se intuye de megaproyectos hidroeléctricos principalmente situados en Guatemala y Chiapas ya que en Méjico el agua es un bien escaso.
- El IIRSA es una organización todavía más ambiciosa en el que, entre otros proyectos, pretende crear una gran red de corredores industriales, carreteras e hidrovías para añadir al mercado mundial los pocos lugares que todavía se encuentran aislados de la devastación del hombre. Para conectar la región amazónica con puertos de la costa del Pacífico se atravesará la cordillera de los Andes con grandes corredores. En relación a las hidrovías antes citadas el IIRSA planea la construcción de un Gran Canal que unirá los tres grandes ríos de Sudamérica: El río de la Plata, el Amazonas y el Orinoco. Esto constituiría una conexión directa con el Caribe que a través del Missisipi conectaría con EEUU (Ruiz, 2004).
El IIRSA también posee proyectos en el MERCOSUR. Varias agencias han mostrado un gran interés en este tema como la National Science Foundation de Estados Unidos o la American Association for the Advancement of Science. Esta última financiada por numerosas multinacionales (Coca cola, Nestlé, IBM, Ford…).
Otro gran problema que surge en Latinoamérica es el de las presas. La creación de estas grandes infraestructuras conlleva una serie de consecuencias tanto a nivel ambiental como a nivel social. Respecto a las primeras, al realizar una presa se inunda una porción de tierra dependiendo de la magnitud de la infraestructura y de las características del territorio. Esto provoca que la materia vegetal (y animal) se descomponga produciendo gas sulfhídrico. Además el agua se vuelve anóxica causando la muerte de los peces (principal alimento de la población local). Se produce un brote de enfermedades tales como la malaria o la leishmaniasis. Se altera la biodiversidad de la zona. Por último se produce una pérdida importante de zonas húmedas. Por otro lado, las consecuencias sociales que conlleva la construcción de las presas es el desplazamiento obligado de las personas que vivían allí. Sólo en Brasil, más de 2.000 presas han desplazado a un millón de personas.
En la Amazonía Brasileña hay 5 grandes presas que detienen el curso natural del agua.
Esto ha supuesto la inundación de 5.335 km² de selva. Teniendo en cuenta que más de 20 millones de personas viven sin electricidad en este país, llegamos a la conclusión de que la electricidad generada por las presas hidroeléctricas, entre ellas las del amazonas, son, en su mayoría, para abastecer a las industrias y no a la población. Este es solo el inicio de un proyecto con el que se pretende construir 297 grandes embalses para el 2020 en el Brasil, 78 de los cuales en la amazonía. Se calcula que quedarán sumergidos alrededor de 100.000 km² de selva. El daño que sufrirá el frágil ecosistema amazónico será irreparable además de las consecuencias que tendrá sobre la población indígena.
Los conflictos por el agua en Latinoamérica son provocados en su mayoría por empresas multinacionales que pretenden hacerse con el control del agua en esos países. En lo que respecta a posibles conflictos entre países vecinos por este recurso es todavía inexistente. Digo todavía porque conforme vayan limitándose los recursos hídricos en cada país comenzarán las tensiones. El premio Nobel de la Paz en 1980, Adolfo Pérez Esquivel, afirmó que la guerra por la apropiación del agua en Sudamérica está ya en marcha.
A finales de la década pasada, el BM exigió la privatización del sistema de agua en Cochabamba (Bolivia) empleando para ello el chantaje de una posible retención del alivio a la deuda y otros fondos para el desarrollo (Castellón, 2005). En 1999, la empresa norteamericana Bechtel Corporation (Aguas del Tunari), tras un proceso de negociaciones logró la concesión del sistema de aguas por 40 años, mediante la aprobación de leyes que amenazaban las costumbres y los usos del manejo del agua arraigados por los campesinos del valle de Cochabamba. Al cabo de algunas semanas el precio del agua subió drásticamente, lo que supuso que las personas con menores ingresos no pudieran acceder a ella. Esto supuso protestas masivas que fueron reprimidas con contundencia pese a lo cual la empresa tuvo que abandonar el proyecto(Clarke y Barlow).
Estados Unidos parece tener especial interés en el control de la triple frontera de Buenos Aires, Brasilia y Asunción debido a que allí pueden esconderse grupos terroristas. Sin embargo el objetivo real es el control del Sistema Acuífero Guaraní, también llamado el gigante del Mercosur que posee allí su punto de recarga. Este acuífero posee 37.000 km³ con una superficie mayor que España, Francia y Portugal juntas. El volumen extraíble es de 40-80 km³ de agua por año (Ruiz, 2004). El Banco Mundial y la OEA están realizando estudios para lo cual se han destinado más de 26 millones de dólares.
El principal problema respecto al agua en Latinoamérica no es su escasez sino las malas condiciones en la que se encuentra. Este hecho supone el 80% de las muertes en países en vías de desarrollo son a causa del consumo de agua no potable y ausencia de sistemas de saneamiento. Si esta agua fueran debidamente tratadas estas muertes no ocurrirían (Isaurralde, 2006).
En Latinoamérica los patógenos transportados por el agua son bastante diversos, virus, bacterias, protozoos, helmintos…esto dificulta aún más el tratamiento de las aguas. Los más comunes son los siguientes:
- El mal de Chagas: Es una enfermedad parasitaria cuyo vector es un insecto hematófago. Transmite el agente infeccioso a la sangre de personas y animales desarrollándose en el interior de las células de órganos como el corazón, lo que afecta gravemente a su funcionalidad (Arellano, 2005). Concretamente provoca cardiopatías, insuficiencia cardiaca congestiva, aumento del volumen del esófago, dificultades para la ingestión y aumento del tamaño del colon con el consecuente estreñimiento y dolor abdominal.
Esta enfermedad es uno de los problemas más importantes de salubridad en Sudamérica, donde existen más de 20 millones de personas afectadas por el mal de Chagas.
- El cólera: Es una enfermedad aguda, diarréica, provocada por Vibrio Cholerae, una bacteria que se manifiesta como una infección intestinal. La infección rara vez presenta síntomas, alrededor de una de cada veinte personas infectadas padece los síntomas, los cuales son, una diarrea acuosa profusa, vómitos, piernas entumecidas, disfunción sexual e hipotensión. Se produce una fuerte deshidratación y postración y si no se trata con rapidez puede ocasionar la muerte. La fuente de contaminación suelen ser las heces de otra persona infectada que debido al insuficiente tratamiento del agua potable y sanitaria es contraída por más personas (Wikipedia).
Una de las mayores epidemias de cólera se produjo en Perú a finales de los 80´ y se inició por la mala situación de sus sistemas de provisión de agua que estaban obsoletos. Su coste de reparación era demasiado elevado para que el gobierno pudiera hacerle frente. Gran parte de la población no tenía acceso a agua tratada adecuadamente. Los niveles de cloración se encontraban muy por debajo de los límites recomendados por la OMS. La epidemia duró hasta 1996 llevándose consigo la vida de unas 6.000 personas y afectando a casi un millón.
- La disentería: Esta enfermedad, también conocida como diarrea sangrante, es transmitida por la bacteria Shigellae dysenteriae y causa fiebres altas, síntomas tóxicos, retortijones, pujos intensos y convulsiones. Puede formar grandes epidemias con índices de mortalidad muy altos. Una de las epidemias más resonadas en Latinoamérica se produjo entre 1969 y 1973, matando a unas 9.000 personas y dejando 500.000 enfermos.
- Fiebres tifoideas: Causada por Salmonella Typhus, un bacilo que provoca una enfermedad sistémica grave con hemorragias o perforaciones intestinales.
- Diarreas: Escherichia coli, Campylobacter (diarrea infantil)
- Respecto a los virus transmitidos por el agua encontramos las hepatitis A y E, los enterovirus, Adenovirus y rotavirus.
ASIA
Asia es el continente más poblado y recoge al 80% de la población mundial sin acceso a agua tratada y mejorada. Para acrecentar el problema aún más, los datos estiman que para el 2015 la población aumentará desproporcionadamente y 1.500 millones de personas más tendrán la necesidad de acceso a agua saneada, con lo que los pocos servicios existentes se verán colapsados.La mayor parte de la población se concentra en las zonas rurales, y es ahí donde menor cobertura de acceso a agua tratada existe. En las zonas rurales tan solo el 31% de la población cuenta con saneamiento mejorado, mientras que en las ciudades el porcentaje es del 78%. (uncwac.org)
Desde un punto de vista global, solo el 48% de la población de Asia tiene acceso a saneamiento,
lo que la convierte en la única región del mundo con una cifra tan baja. Traduciendo esto a términos de extensión, sería la zona con la cobertura más baja de abastecimiento detrás de África, con un 81%.(Vea,2003)
Paradójicamente Asia cuenta con notorios ríos que podrían abastecer a gran parte de su población, pero según la WWF, cinco de los diez ríos más contaminados del planeta se encuentran en Asia: Yangtze, Mekong, Salween, Ganges y el Indo.
Este último dato tal vez nos ayude a comprender la importancia que se le da al acceso a un bien tan imprescindible para la vida como es el agua. Los gobiernos hace tiempo que han dejado de intentar satisfacer las necesidades del pueblo que les eligió y tan solo trabajan en buscar su propio crecimiento económico.
Continuando con el tema de la degradación del agua y la pasividad que muestran los Gobiernos asiático y de todo el mundo, quiero recoger que la Conferencia Regional sobre Calidad del Agua denunció hace ya bastantes años (principio de la década de los 90) que varios países del sur y el sureste de Asia confirmaron la existencia de arsénico en agua destinada al consumo humano. Esta voz de alarma se quedó años luz de recoger alguna preocupación o alguna medida por parte de los mandamases.
La presencia de arsénico en el agua potable amenaza la salud de 50 millones de personas en India, China, Vietnam, Pakistán, Nepal, Myanmar y Camboya, según informes de la OMS y UNICEF.
Esta sustancia tóxica se detectó por primera vez en China en el año 1986, cuando se registraron altos índices en enfermos de Xinjiang, una de las provincias más pobres del país.
En los 90 se encontró en el agua de gran parte de las provincias del norte, afectadas por la sequía desde hacía años y sometidas durante décadas a un proceso de industrialización que ignoró toda medida de protección ambiental. (Arthur, 2003)
El agua subterránea también se ve amenazada. En las rocas del Brahmaputra existen altos índices de arsénico, y son esas mismas rocas por las que se filtra el agua potable que luego es bombeada a la superficie por pozos entubados. Resultado: una amenaza para la salud de alrededor de 30 millones de personas en Bangla Desh. (Arthur,2003)
Los niveles de arsénico del agua potable son tan altos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la contaminación por arsénico en el suministro de agua como "el mayor caso de envenenamiento de una población registrado en la historia"; y las autoridades siguen sin proponer soluciones.
Debemos percibir que la presencia de arsénico no solo representa una amenaza directa en la ingesta de agua, sino que la situación es aún más crítica, ya que esa misma agua subterránea se utiliza también para regar los cultivos alimentarios.
La contaminación y la degradación de los ríos asiáticos están a la orden del día y no he tenido dificultad en encontrar más ejemplos que ilustren este grave y acusado problema:
- El río Yamuna, fuente principal de agua de la ciudad de Delhi. La contaminación e insalubridad de sus aguas alcanza unos niveles altísimos que según los expertos hindúes se deben al caótico desarrollo de Delhi, y especialmente a la evolución de su red viaria e industrial. El caso del Yamuna es uno de los ejemplos más claros de mala gestión del agua en un entorno urbano, cuya responsabilidad recae en los dirigentes municipales en general. (escwac.org)
- El Damodar, un río rico en minerales que probablemente será el más contaminado de la India debido a la industria pesada implantada a lo largo de su cauce. Posiblemente la situación no sería tan grave si se hubiera estimulado la búsqueda de procesos productivos menos contaminantes, pero ni el conocimiento tecnológico ni la conciencia de los industriales, los políticos y el público en general han favorecido tales innovaciones. (waterjustice.org)
- El desecamiento del mar de Aral, el cuarto lago del mundo en tamaño, es el aspecto más conocido de la degradación ecológica centroasiática.
El Aral, se extiende entre Kazajstán y Uzbekistán, en 1995 había perdido tres cuartas partes de su volumen y la mitad de su superficie. Esto se explica gracias a la disminución progresiva y sostenida de la cantidad de agua que aportan los ríos, sobreexplotados durante su recorrido hasta el Aral. La transformación del mar en una especie de cloaca a cielo abierto ha repercutido en todo el ecosistema de la región.
La conversión del mar de Aral en el Aralkum (desierto de Aral) ha tenido consecuencias desastrosas en la pesca, los pastos, la agricultura, el clima, la biodiversidad, los glaciares de la región y la contaminación.
Como venimos comentando el problema con el que se enfrenta Asia no es una carencia de agua, sino más bien se enfrenta a una mala gestión por parte de sus autoridades. Centrémonos en China, el país asiático y mundial con una mayor población.
El desmesurado proceso de industrialización y el entusiasmo por el crecimiento económico por el que apuestan los gobiernos ha llevado a que el 80% del cauce de sus ríos se encuentren totalmente degradados, perdiendo su vida animal.(waterjustice.org) Sus aguas no son aptas para el consumo humano, habiendo un serio peligro de que los ríos envenenen a la población a través de la pirámide alimentaria que nosotros, los humanos, coronamos.
La rápida industrialización ha puesto en entredicho el control de la contaminación. Por ejemplo, el río Amarillo se torna cada día peor, con el 66 por ciento de sus aguas impuras, según el último informe del Comité de Recursos Acuáticos del Río Amarillo (organismo estatal chino). Sólo el 33 por ciento de las aguas están en la categoría 3, la categoría en la que el agua es apta para beber, criar peces, pescar o nadar.
Al leer todo esto seguramente nos preguntemos: ¿qué hace al respecto el gobierno chino? Pues bien, seguiré con la aportación de datos como contestación:
En el año 2005 fueron vertidas al río Amarillo 88 millones de toneladas más que en el año anterior, llegando a superar las 4.350 millones de toneladas de aguas residuales. Mencionar que el río Amarillo se considera la cuna de la civilización china y que suministra agua a más de 155 millones de personas y al 15% de la tierra cultivable de China. El Yangtzé recibe entre vertidos industriales y agrícolas, residuos urbanos y de barcos, lo que supone más del 40% de los residuos del país, de los cuales más del 80% de estos residuos llegan al río sin tratar. (Arthur,2003; waterjustice.org)
Por si fuera poco, el río Amarillo ya hace tiempo que comenzó a dar señales de fatiga hídrica. En 1972, se secó antes de llegar al mar por primera vez en su historia, estando quince días sin verter agua al mar. A partir de ese momento esto sucede ya con cierta frecuencia. Desde 1985, se ha quedado seco todos los años y cada vez por periodos más largos. En 1996, estuvo 133 días sin verter agua. En 1997, año especialmente seco, estuvo 226 días. Durante periodos amplios ni siquiera llega agua a la provincia de Shandong, que es la última, antes de llegar al mar. Este es un hecho preocupante, pues esta provincia produce el 20% del maíz y el 15% del trigo chino. (Vea, 2003) (Ver mas)
Otro caso característico a señalar es el del río Huai. En 1997, estuvo noventa días sin verter agua al mar. En la última década han estado desapareciendo cientos de lagos y secándose, en distintos lugares, corrientes de agua en la misma proporción que bajaban las capas freáticas, dejando de manar las fuentes. Las capas de los acuíferos del norte de China han descendido 37 metros en los últimos treinta años y desde 1990 descienden metro y medio cada año. (Vea, 2003)
Este hecho también debería preocuparnos desde el punto de vista ambiental. Que un río importante y caudaloso como el Yangtzé no llegue a desembocar en el mar puede tener consecuencias insospechadas sobre el clima de la región y en última instancia sobre el clima mundial.
Me siento obligado a desmentir lo anteriormente expuesto sobre que el gobierno chino no hace nada. Lo cierto es que sí que hace algo, empeorar la situación. La política china apuesta por las presas y actualmente se está acabando lo que será la mayor presa del mundo: la presa de las tres gargantas. Esta macro-monstruo-construcción ha desplazado a cerca de un millón y medio de personas y ha inundado pueblos y ciudades completas perdiendo todo su patrimonio histórico-cultural.
El gobierno chino piensa que la presa de las Tres Gargantas cortará las inundaciones y los hidrólogos chinos argumentan su necesidad por los beneficios que producirá en cuanto a la generación hidroeléctrica, la navegabilidad, la acuicultura, el turismo, la protección ecológica, la purificación medio ambiental, el suministro de agua y la irrigación.(unwac.org) La mayoría de estos argumentos carecen de rigor científico y han recibido fuertes críticas desde el mundo universitario, científico y ecologista.
Otro caso de intento de solucionar el grave problema en el que se ha inmerso Asia es el de la presa de Assuan en Egipto (1970).Nuevamente, como se suele expresar vulgarmente, “el tiro les ha salido por la culata”. El muro de la presa retiene desde entonces 120 millones de toneladas de sedimentos que anteriormente fertilizaban el valle del Nilo, y en el gigantesco embalse anualmente se evaporan 15 kilómetros cúbicos de agua, el 20% del caudal del río más largo del mundo. (Vea, 2003)
La gran mayoría de las presas construidas se dan gracias a la financiación del Banco de Desarrollo Asiático. Este organismo presta dinero a los países de Asia y el Pacífico para proyectos de desarrollo como presas u otros grandes proyectos de obras públicas basados en infraestructura. El BDA es una organización con ánimo de lucro que saca ganancias prestando dinero a países sumamente pobres. Para garantizar el pago, toma la mano de obra y las materias primas como colateral. Algunas financiaciones que me gustaría mencionar escuetamente son:
- Subregión del río Mekong: Desde 1992, el BDA ha financiado presas, carreteras, ferrocarriles y otros proyectos de infraestructura en los seis países de la subregión del río Mekong: Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Myanmar (antes Birmania) y China (provincia de Yunán). Este año más del 40% de los préstamos se destinarán a esa región. Se han identificado más de 50 lugares para construir presas en el Mekong y sus afluentes, lo que desplazará a miles, inundará tierras de cultivo y bosques, y destruirá zonas pesqueras altamente productivas del mundo. (Arthur, 2003; unwac.org)
- Presa hidroeléctrica Nam Hgum, Laos: La presa inundó bosques, destruyó zonas pesqueras y permitió la explotación forestal. Inundó docenas de aldeas, cuya población ahora vive en la miseria en las colinas cercanas, sin agua potable, escuelas, etc. Simultáneamente, la sequía ha reducido la producción de la presa y no es una fuente confiable de electricidad. (unwac.org)
- Proyecto hidroeléctrico Singkarak, Sumatra Occidental, Indonesia: Terminada en 1998, esta presa ha devastado zonas pesqueras y pueblos de pescadores, secado dos sistemas fluviales y facilitado la explotación forestal. Además, ha puesto en peligro los peces y demás animales de la zona, como el tigre de Sumatra que ya estaba en peligro de extinción. El agua de los ríos ha bajado y, como consecuencia, han aumentado las enfermedades intestinales y de la piel.
El agua es un bien público y para que esta definición se cumpla, no solo desde un punto de vista ético sino también económico, no debería existir ni exclusión ni rivalidad en cuanto a su uso.
Desgraciadamente las medidas por las que actualmente están optando los gobiernos, no solo es el caso de los países subdesarrollados, mencionar el caso madrileño del Canal de Isabel II, distan bastante de la dirección apropiada para cumplir dicha definición. Más bien, todo lo contrario, estamos siendo testigos de la privatización del agua.
Centrándonos en el caso de Asia, un ejemplo de la privatización que se esta llevando a cabo y de sus consecuencias es Manila, donde en 1997 hubo una transferencia de la responsabilidad del abastecimiento de agua de un organismo público a dos grupos de empresas privadas.
En esta ciudad, para que nos hagamos una idea, de 10 millones de habitantes la escasez afecta a más del 40% de la población, más del 50% se pierde a través de fugas, no hay un sistema de depuración y el agua disponible esta contaminada con mucha frecuencia.
El primer grupo privado, que obtuvo los derechos para el este de Manila, esta compuesto por una empresa filipina, La Sociedad Estatal Bechtel y la United Utilities, mientras que el segundo grupo, que recibió , el oeste de Manila incluye un empresa filipina, y especialmente la empresa Lyonnise des Eaux. Esta transferencia fue el acuerdo más significativo que se producía en el mundo en materias de aguas, con una inversión que superaba los 7500 millones de dólares. No tan famosa por ello, se convirtió en la primera ciudad en la que los pobres pagaban el agua de los ricos.
Esto se debió a que el primer grupo propuso cobrar a Manila Este (la parte mas rica de la ciudad) una tarifa de 7 centavos de dólar el metro cúbico, mientras que el segundo grupo anunció que vendería el agua a 14 centavos el metro cúbico, coincidiendo por capricho celestial con la zona más pobre de la ciudad. (Vea, 2003)
Aunque nos lo hagan sonar como una irónica casualidad, a muchos de nosotros nos suena a cómo son siempre los mismas personas las que “pagan el pato”. Pensando mal, y acertando, como dice el refrán, podríamos suponer que existía un pacto anterior con unas claras ventajas para el único grupo con voz, para el único grupo con poder para hacerse oír, para el grupo que se lucra a costa de los menos favorecidos que son incapaces de protestar porque carecen de la herramienta más poderosa y útil con que cuenta el sistema judicial de la mayor parte del mundo: el dinero.
Otra forma de privatización menos exagerada y por tanto más recurrente que se da en los lugares con un buen depósito de agua son los pozos ilegales. En otros lugares llegan a ser incluso legales, tan solo es necesario un pretexto industrial o quizás también sea suficiente con un maletín de piel de sospechoso contenido. Como no tengo intención de construir ninguno no estoy demasiado informado, pero si que puedo comentar algunos de los que existen en la zona asiática.
En Belawatise, se construyeron 500 pozos entubados en los últimos l0 años, este tipo de pozos fueron promovidos por las empresas azucareras que hicieron y hacen su agosto gracias a la falta de información de sus gentes y la pasividad de su gobierno. El resultado fue que de aquellos 500 pozos, sólo 5 continúan hoy en uso, el resto se han secado. (Waterjustice.org)
En Guraiya, solo 10 de los 100 pozos entubados siguen teniendo agua. En Ismailkhada, los 1000 pozos entubados construidos a lo largo de siete años han secado las doce charcas que habían abastecido a la comunidad durante siglos y como consecuencia los habitantes tienen ahora que desplazarse dos kilómetros para encontrar agua.
Como es de suponer las personas perjudicadas protestan y se movilizan en contra de las empresas o del gobierno. Normalmente las quejas no son atendidas, pero para dotar a este trabajo de cierto grado de esperanza y de ilusión por cambiar este mundo, quisiera subrayar el caso de las mujeres de Plachimdase que protestaron contra Coca-Cola y lograron echarla de la región. A estas mujeres de la India, distrito de Palaghat, no les parecía “correcto” que tuviesen que desplazarse 10km para abastecerse de agua mientras la empresa yanqui consumía cada día entre 1 y 1,5 millones de litros. Por tanto se organizaron y protestaron con inmejorables resultados y ahora tratan de extender su estrategia por todo el país. (Vea,2003)
Este sería el caso más deseable en el que una protesta pacífica repercute en una mala imagen para una empresa y ésta opta por rendirse. Desgraciadamente se trata también de uno de los casos menos frecuentes.
Actualmente son abundantes las guerras que incluyen, entre otras, el agua (las regiones del rió Jordán y del rió Senegal), o que las armas han callado pero el conflicto continua sin resolverse (los estados por donde pasa el Tigres y Éufrates), o que el agua es la causa de graves diferencias políticas y económicas (por ejemplo, la cuenca del Nilo, del Ganges). (escwa.un.org;waterjustice.org)
En el caso del rió Jordán, es obvio que la guerra del agua es el resultado y no la causa del conflicto entre los estado árabes (especialmente Siria, Jordania, la autoridad Palestina y el Líbano) e Israel. Mas allá de raíces históricas que se adentran en la oposición religiosa entre judíos y musulmanes, el origen de la guerra puede remontarse al hecho de que los ganadores de la Segunda Guerra Mundial satisficieron una reivindicación legitima de los judíos (la creación del estado de Israel) pero no satisficieron de igual modo las reivindicaciones de los árabes y sobre todo de los palestinos.
Desde entonces, el agua ha sido un factor agravante, creando nuevas polémicas o avivando antiguos conflictos. Así, en la guerra de los Seis Días de junio de 1967, el motivo directo fue un intento de los estados árabes de desviar las aguas del Jordán después de que Israel construyera su “vía fluvial nacional”, una disputa que estalló a pesar de que los estados en cuestión habían firmado un acuerdo de reparto en 1964. Pero en este punto la cuestión es que el conflicto árabe- israelí fue mucho más allá de los problemas relacionados con el agua.
Las mismas consideraciones sirven para el conflicto de las cuencas del Tigres y el Eufrates, que envenena, desde hace ya muchos años, las relaciones entre Turquía, Irak, Siria e Irán.
Cobró importancia por primera vez en los años sesenta, cuando Turquía, como país de aguas arriba (el 90% de las aguas del Eúfrates provienen de este país), y Siria comunicaron que tenían la intención de construir varias presas (13 en el lado turco) para irrigación y generación de energía hidroeléctrica. Estos proyectos alterarían significativamente la economía y la relación de fuerzas regionales entre los distintos países.
La tensión llegó en 1974, cuando Irak amenazó con bombardear la presa de Tagba en Siria y concentró sus tropas a lo largo de la frontera, y otra vez en la primavera de 1975, cuando al parecer se profirieron amenazas similares. En 1987, Turquía ofreció explotar aguas del Éufrates a los demás países de la región mediante la construcción de un “acueducto de la paz”. Pero los países árabes afectados rechazaron la idea debido a su elevado coste y porque en aquel momento temían, y todavía siguen temiendo, otorgar a Turquía un grado de control de los suministros demasiado alto.
Las tensiones volvieron a aflorar en 1990, a raíz de la culminación de la presa Ataturk en el Éufrates. Gracias a ella, Turquía tiene un poder considerable sobre los niveles del río, tal como demostró cuando amenazó con reducir el caudal de los países rió abajo con el fin de persuadir a Siria de que retirara su apoyo a los kurdos que luchan por su independencia al sudeste de Turquía.
Actualmente, a pesar de unos pequeños avances, el conflicto sigue a flor de piel. Turquía se ha negado a firmar los dos convenios internacionales a los que se dedicaron grandes esfuerzos durante un largo periodo de tiempo: el convenio sobre uso vías fluviales para otros fines distintos a la navegación y el convenio sobre la protección y utilización de vías fluviales transfronterizas y lagos internacionales.
Parece ser que Turquía tan solo buscar el apoderarse del control fluvial de la zona que le daría el poder para hacer y deshacer a su antojo.
Otro conflicto cuya causa tiene que ver con el control sobre el agua es el que disputaron La India y Pakistán con respecto a las aguas del Indo desde la partición del subcontinente en 1947. Finalmente la disputa se tradujo en la división física de la cuenca del Indo entre los dos países y en el fin de un antiguo sistema de irrigación sin ninguna especificación clara de cómo se repartirían las aguas.
Como consecuencia, la India pudo controlar los suministros de agua que utilizaba Pakistán para la irrigación; un poder que utilizó en 1948 para desviarlos a otras zonas. Los canales en cuestión fueron reabiertos posteriormente, después de enérgicas protestas del Pakistán, y en 1952 se iniciaron las conversaciones para elaborar un tratado.
Dado el clima de hostilidad imperante entre los dos países, el acuerdo sobre un sistema unificado que fuera de interés para ambos no llegó. La cuenca volvió a ser dividida de una forma más ventajosa para la India, mientras que el Pakistán recibió una compensación económica para construir nuevos canales desde los afluentes del Indo que le habían asignado y un consorcio acordó financiar una presa que proporcionaría al país un suministro de agua seguro y estable.
Sin embargo, el estado de tensión permanente entre india y Pakistán empeoró e incluso se tradujo en enfrentamientos armados en agosto de 1998. Las disputas por el agua han vuelto a empezar por enésima vez.
Egipto y sus vecinos han firmado un sólo un tratado, el Acuerdo de 1959 sobre las Aguas del Nilo entre Sudán y Egipto, basado a su vez en un pacto de las potencias coloniales de la región en 1929. Etiopía ni siquiera aparecía mencionada.
La idea de que las aguas del río deben distribuirse de manera más equitativa se abre camino día a día. Además de las terribles sequías y la tremenda pobreza de Etiopía, los estudios insisten en que la población del país registrará un incremento espectacular pasando, según los datos disponibles, de 61,4 millones de habitantes en la actualidad a 186 millones en 2050. Como sólo 1,7% de las tierras cultivables están regadas (frente a 100% en Egipto), lo único previsible es un incremento exponencial de la demanda de agua. (Arthur, 2003)
Los optimistas afirman que es posible que una solución duradera no esté muy lejos. En julio del pasado año, y tras cinco años de conversaciones preliminares, los diez Estados de la cuenca del Nilo anunciaron que habían conseguido del Banco Mundial los fondos necesarios para una serie de programas destinados a estudiar la mejor forma de repartir las aguas del río. La Iniciativa de la Cuenca del Nilo ha dado origen a varios estudios de ese tipo, a los que seguirán préstamos por una cuantía mínima de 3.000 millones de dólares. (Vea, 2003)
Etiopía ha iniciado ya la construcción de una serie de presas pequeñas para aprovechar las aguas del Nilo Azul. Según los funcionarios que intervienen en esos proyectos, esas presas beneficiarán a las naciones que se encuentran aguas abajo, al proteger a Sudán de las inundaciones y reducir la acumulación de los sedimentos en la presa del lago Nasser en Egipto.
Sin embargo, como siempre, existen ciertos críticos que se plantean si lo que tratan de vendernos resulta realmente cierto. Por eso mencionar que al catedrático egipcio Saeed no le convencen esos argumentos e insiste en que, de hecho, es más peligroso detener los sedimentos que dejarlos correr con el agua, pues, en el primer caso, el río podría tornarse más impetuoso y causar estragos en los tramos septentrionales del Nilo. (waterjustice.org)
Saeed tampoco está de acuerdo con los argumentos de Etiopía de que las presas serán lo bastante grandes como para permitir la venta de electricidad a los países vecinos. “Es difícil saber en qué países están pensando los funcionarios etíopes, ya que ninguno de los vecinos de Etiopía es una nación industrializada o gran consumidora de electricidad”, señala.
Algo en lo que si que parece haber unanimidad es en que es mejor dirimir las diferencias de opinión en la mesa de negociaciones que dejar el asunto en manos de los generales.
Para finalizar explicar que a mi juicio la desestabilización del agua que se está produciendo debería derivar en un nuevo sistema de regulación y control que confíe la gestión integrada del agua a organismos públicos como comunidades locales, grupos de ciudadanos, redes urbanas o sociedades corporativas.
Conclusión
Partiendo de la base de que el agua es el motor de la vida y por tanto un recurso indispensable, todos deberíamos tener el mismo derecho a poder acceder a ella. El gran problema que está comenzando a hacerse notar es que este es un recurso limitado y que cada vez somos más en el planeta y queremos vivir mejor. Esto supone que el gasto de agua se vaya incrementando drásticamente año tras año. Además de los actuales países en los que se goza de una gran calidad de vida están emergiendo otros cuyas economías comienzan a crecer. Esto supone que más personas sigan nuestros pasos y se sumen al problema del despilfarro de agua.A continuación resumo los principales problemas relacionados con el agua que hemos abordado a lo largo del trabajo:
- Alrededor de 1.400 millones de personas no tienen posibilidad de acceder al agua
- La degradación del agua como un recurso fundamental del ecosistema Tierra y de la vida humana:
>Las prácticas de riego de la agricultura intensiva industrializada conlleva consigo graves problemas como la contaminación por residuos o la salinización del agua subterránea y del propio suelo.
>La contaminación provocada por actividades industriales y una mala, e incluso inexistente en muchos casos, mala gestión de los residuos urbanos.
>Una utilización excesiva de los recursos hídricos principalmente en los procesos de producción.
>La variación del curso de los ríos debido a megaproyectos hídricos como en el caso del IIRSA en Latinoamérica o la creación de grandes presas como la de Las Tres Gargantas en China.
>Los efectos a largo plazo de las grandes catástrofes naturales derivadas de la actividad humana (sequía, inundaciones, desprendimientos de tierras, rotura de presas, etc.)
- El gran problema de las enfermedades relacionadas por la mala calidad del agua y las pésimas condiciones de higiene debidas a una mala o inexistente red de servicios de saneamiento.
- Ausencia de normativa mundial y de personas que respalden una política del agua basada en la solidaridad.
Todos estos argumentos nos conducen a una polémica que lleva varios años ya planteándose y que iría a contradecir el hecho de que el agua es un recurso indispensable y por lo tanto todo el mundo debe poder acceder a ella. Esta consiste básicamente en la posibilidad de privatizar el agua por parte de grandes empresas. Hacerse con el control del agua y sus sistemas de tratamiento y distribución. Este hecho ya se está produciendo en distintos lugares del mundo como hemos hablado a lo largo del trabajo.
Algunas de las mayores organizaciones a nivel mundial como el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) están a favor de la privatización del agua ya que se encuentran muy ligadas a las grandes multinacionales que ejercen una gran influencia sobre estas. Como hemos visto en algunos ejemplos descritos, estas organizaciones no dudan en utilizar estrategias crueles y deshonestas como el chantaje de posibles retenciones del alivio de la deuda externa. En otras ocasiones el mal estado de los sistemas del agua como depuradoras, distribuidoras, infraestructuras…es el argumento empleado para llevar acabo la privatización del sector y pasar a gestionarse por una empresa privada que supuestamente va a mejorar la calidad de los servicios. Sin embargo en muchas ocasiones esto no supone una mejora. Por el contrario suben los precios de manera desorbitada, produciendo que parte de la población que posee bajos ingresos no tenga acceso al agua potable. Otro gran problema es la corrupción que sufren estos países por parte de sus dirigentes.
En varios lugares el intento de privatizar el sector del agua ha traído como consecuencia la movilización masiva de la población local que no acepta que un recurso del que dependen sus vidas caiga en manos de una multinacional cuyo único objetivo es el de ganar dinero, sin importar los daños colaterales que ello pueda significar. Ese debe ser, en nuestra opinión, el principal recurso con el que hacer frente al problema de la privatización del agua. Como hemos podido analizar en el caso concreto de Cochabamba (Bolivia), estas movilizaciones consiguieron detener el intento de una gran empresa norteamericana de hacerse con el control del sistema de aguas de la ciudad, y también recordar el caso ya mencionado de las mujeres de Plachimdase (Asia) que protestaron contra Coca-Cola.
Por otro lado, esta cuestión no se quedará como una polémica de estos tiempos. Las crecientes tensiones que genera la escasez de agua se irán haciendo cada vez más patentes provocando conflictos por su control tanto a nivel nacional, debido a posibles cesiones por parte del gobierno hacia las empresas, como a nivel internacional. La mayoría de personalidades concienciadas con este problema no dudan en anunciar que el móvil de las guerras del siglo XXI será el agua. En nuestra opinión, el agua y sus infraestructuras deben estar regidas a nivel estatal y en ningún caso en manos de las empresas. El problema que esto puede plantear es una mala gestión por parte del gobierno como ocurre en muchos lugares donde los dirigentes están corruptos. Para solventar estos problemas, entendemos que deben existir organismos reguladores desvinculados de las empresas, que asuman un papel de asesoramiento hacia el gobierno y se lleve a cabo un control exhaustivo sobre la situación y los recursos que se destinan al sector del agua. Para ello es imprescindible que exista transparencia en todo momento.
También debemos buscar las causas de la escasez del agua que están provocando estas tensiones. Entre los principales problemas que encontramos está el despilfarro de agua. Para ejemplificar esto se puede observar que el consumo medio de una persona del sudeste de Estados Unidos asciende a unos 3100 litros de agua al día (para todas sus necesidades, incluido el riego), mientras que el consumo doméstico medio de todos los estadounidenses es de 700 litros diarios. En Bélgica, el promedio de la región es de 260 litros y en Italia de 350 litros. Si nos referimos a países con un nivel de ingresos medios el consumo es de 150 litros, aproximadamente, y en los pueblos de Sahel se reduce a 30 litros.
Debido a que el precio que pagamos por el agua es muy pequeño, en muchas ocasiones no se valora como se debería. Esto nos llevaría a pensar que sería bueno aumentar el precio para que la gente hiciera un uso más racional del agua. Sin embargo las personas más desfavorecidas no podrían pagarla o al menos supondría un esfuerzo económico importante, mientras que las personas con mayores ingresos seguirían haciendo el mismo uso. La solución pasa por la concienciación social que afortunadamente va en aumento generación tras generación.
Otra causa de la escasez del agua es la deficiente situación en la que se encuentran las infraestructuras y redes de servicio. Para su mejora es necesaria la inversión de grandes cantidades de dinero. Este es el principal problema al que se enfrentan los países más desfavorecidos que en su mayoría deben hacer frente a la deuda externa. Este es uno de los motivos de privatizar los servicios como hemos tratado antes. También es importante el gasto de agua destinado al sector de la agricultura debido a un exceso de regadío mejora en la gestión de la misma.
Por otro lado, la contaminación del agua generada por las actividades industriales, las sustancias añadidas a los campos en el sector agrícola (como nutrientes, fertilizantes, plaguicidas…) o la falta de tratamiento de las aguas procedentes de núcleos poblacionales producen una deficiencia crucial en la calidad del agua, siendo peligrosa para el consumo humano. Además del agua, los peces y otros animales destinados al consumo humano se ven afectados pudiendo provocar graves enfermedades. Las enfermedades relacionadas con el agua son una de las causas más importantes de mortandad en los países subdesarrollados. La ONU estima que en los países pobres el 80% de las enfermedades se deben al consumo de agua no potable y a las malas condiciones del saneamiento. Casi tres millones de personas de los cuales la mayoría son niños mueren al año por este tipo de enfermedades. De ellas, algo más de dos millones de personas mueren de enfermedades diarreicas como el cólera y cerca de un millón por la malaria. El número de enfermos por estas causas es mucho mayor, ya que al menos 300 millones de personas al manos sufren una crisis de malaria cada año, 200 millones están infectados por la esquistosomiasis o bilharziasis, una enfermedad parasitaria que origina trastornos en el aparato urinario y digestivo, afectando en ocasiones al bazo y al hígado. Seis millones de personas tienen su vista seriamente dañada por el tractoma, 146 millones más han contraído la enfermedad, y 500 millones corren el peligro de verse afectada por ella. Cada año surgen un millón y medio de nuevos casos de hepatitis A y se estima que cerca de 28 millones de personas sufren de envenenamiento por flúor.
PROYECTO
Debido a las conversaciones que hemos mantenido con el cónsul de Angola en España, hemos decidido hacer un proyecto de mejora en las instalaciones de abastecimiento y saneamiento de agua en Uíge (Angola).Angola se sitúa entre uno de los países con más y mejores recursos naturales del planeta, el control de la explotación de estos bienes fue la principal causa por la que se generó una guerra civil que duró 27 años. Según datos de la OMS y UNICEF un 50% de la población angoleña carece de acceso al agua potable, y sólo un 30% utiliza instalaciones sanitarias adecuadas.
Uíge es una de las 18 provincias que constituyen Angola, está situada al norte del país y fue una de las zonas más perjudicadas por la guerra. En estos territorios las pocas infraestructuras para el abastecimiento de agua y saneamiento, con las que se contaban antes de la guerra, fueron dañadas y aún a día de hoy hay muchos pueblos, que no cuentan con fuentes de agua seguras.
Queremos establecer estructuras regionales de control de los recursos hídricos, mediante un sistema desarrollado y gestionado por residentes de la zona, generando así puestos de trabajo y autoabastecimiento. Este tipo de organización es, además un eficaz instrumento de desarrollo económico, debido a un mejor y más efectivo aprovechamiento de los recursos hídricos naturales.
Se realizará un proyecto para abastecer de agua potable y un sistema de saneamiento, adecuado para Munhange, Gombe, Quibangemale, Kabari y Massinge. El agua se obtendrá del rio Gombe. El proyecto será aprobado por el gobierno angoleño y será gestionado y desarrollado por la población residente de la zona.
Esquema
El agua se cogerá del río Gombe, el cual tiene un caudal suficiente como para que el impacto de la extracción de agua del mismo no suponga un problema y para abastecer de agua a la población en cualquier momento del año. Se pasará por una potabilizadora, y se almacenará en un depósito el cual nos servirá para crear la presión y fuerza suficiente como para que el agua llegue a los 5 poblados sin ningún percance. Al lado del mismo recorrido por el cual se va a suministrar agua, habrá otro sistema que permita captar las aguas residuales de estos 5 poblados y que, pasando por una depuradora sencilla, se viertan al río.Los principales puntos a desarrollar son:
1 Población: Número de personas que se verán beneficiadas: 900 habitantes aproximadamente, costumbres: hay que analizar a qué hora se demandará más agua potable en la zona para tener previsto el caudal que hay que bombear para mantener el nivel del depósito, ganadería: se calcula que hay aproximadamente 500 cabezas de ganado, agricultura: es la principal fuente de supervivencia de la población. Los cultivos en su mayoría son de tapioca, maíz, cacahuete y algodón.
2 Medio físico: Climatología: clima tropical húmedo, geología: material sedimentario, el caudal del río Gombe es aproximadamente 46m3/s.
3 Impacto ambiental: la construcción del depósito, la potabilizadora, y la depuradora generará un impacto visual, el enterramiento de las tuberías generará una erosión en el suelo, la extracción de agua del río supondrá un cambio en su caudal pero este no tendrá consecuencias, se generará un punto encharcado en el lugar de extracción.
4 Desarrollo: Sensibilización: durante tres semanas se impartirán clases de sensibilización a la población cuatro meses antes de empezar con la realización de la obra, con el fin de dar a entender a la población la importancia de contar con agua potable y la importancia de depurar el agua, se seleccionaran los puestos de trabajo necesarios entre los residentes para que se encarguen del mantenimiento del sistema, la construcción se realizará desde mayo hasta septiembre en la época llamada “cacimbo” que es la época seca y menos calurosa.
5 Mantenimiento: Habrá un número de encargados para el correcto funcionamiento del sistema, dependiendo de las propiedades de las tuberías y del terreno se establecerá un periodo de revisiones.
6 Durabilidad: El proyecto se realiza para contar con la posibilidad de ampliar el caudal de recogida, con el fin de dar cobertura a nuevas viviendas de estas cinco localidades a otras localidades cercanas o para implantar alguna industria.
Es un proyecto costoso pero duradero y rentable, ya que si se invierte dinero en crear un punto común de agua, tal como un pozo o una fuente, posteriormente habrá que crear otro proyecto para la recogida de las aguas y para su distribución a cada vivienda.
Este proyecto no es más que una prueba. Un modelo que no se puede desarrollar, debido a la falta de datos técnicos más exactos y a la falta de organización del mismo. Pero el fin de este proyecto es demostrar que existen soluciones alternativas a la privatización del agua y sobre todo si esta se lleva a cabo por empresas extranjeras o ayudas de otros países. Que consiguen endeudar más al gobierno y no les permite desarrollarse. El proyecto debe contar con una evaluación del impacto ambiental, un asunto importante que actualmente en Angola no esta legislado. El informe de evaluación de impacto ambiental, servirá de ejemplo para otras provincias e incluso para otros países, que al igual que Angola están desarrollándose y no quieren cometer los mismos errores que los actuales países industrializados.
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- Arthur, C (2003). “Asian Water Supplies”. Editado por Asian Development Bank and International Water Association.
Disponible en: http://www.adb.org/Documents/books/asian_water_supplies/default.asp
Todas las páginas y enlaces webs han sido consultadas por última vez en diciembre de 2008.
Trabajo anterior de Víctor.
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