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Más de un mes en España

Más de un mes en España y la sensación que tengo es que he perdido un tiempo precioso. Estoy tocando con la punta de los dedos cosas que me trajeron por estas tierras, pero, y sigo con las sensaciones, creo que en vez de solucionarlas las estoy empeorando. Tampoco esperaba encontrarme a personas tan cerriles (tercas, obstinadas, obcecadas, cabezotas, contumaces, groseras, bastas, ordinarias, rústicas, toscas, zafias, brutas o ignorantes).
En una de ellas que no estaba nada clara, después de hablar con abogadas/os, pensaba que podía, al menos, salir del estancamiento en que se encontraba, pero hete aquí que tropiezo con un marmolillo (Persona torpe o poco inteligente) y lo que podía tardar un mes, o como mucho dos, se puede prolongar años si entramos por la vía judicial. El citado tarugo no ve ni por asomo que está beneficiando a las personas que quiere fastidiar y jodiendo a las que nada tenemos que ver en sus delirios. Veo mi panga peligrar. También lo sentiría por otras personas a las que pensaba hacer beneficiarias y que no les vendría nada mal.
La segunda, que podía estar resuelta hace años, y de la que no pienso obtener ningún beneficio pero si clarificaría mi situación dentro del sistema (es una utopía, pero soñar no es malo), en teoría a mediados de este mes, empezaban los movimientos judiciales, pero por razones que no vienen al caso, se ha postergado, por lo que temo que llegue el mes de Julio y Agosto, en el que este país se paraliza con las vacaciones, y la cosa vaya para largo. Me queda el consuelo de los tontos: Ya empezó a moverse.
La tercera ni he querido menealla hasta ver un poco de luz en las dos primeras. Mis nervios/ansiedad no están para estos trotes después de dos años de paz.
Telefónica de España, sigue sin ponerme el teléfono después de tenerlo solicitado hace más de dos meses. Esta multinacional de mierda merece escrito aparte.
Como consecuencia de lo anterior, sigo sin internet. Bueno, la verdad sea dicha, gracias a Fernando que me dejó un modem inalámbrico, que aunque más lento que una tortuga, me permitía saber algo del exterior, hasta que un día dijo hasta aquí he llegado. Me ha traído otro, y aunque más rápido, pierde la conexión cuando le sale de las pelotas (si el estrés no lo tengo a tope es porque los ticos me han enseñado mucho a este respecto).
En un documento de Hacienda, resulta que soy propietario de más bienes inmuebles de los que existen en el pueblo en que vivía en Costa Rica. Lo puñetero del caso es que algo de razón llevan, pero hasta que no se desfaga el entuerto de los dos primeros puntos, estaré dentro de la vorágine en que estoy metido y que para nada deseo ni he buscado.
Fui a Endesa, para protestar por el robo descarado a que he sido sometido en la facturación en lo que va de año. La persona que me atiende me dice que tiene toda la pinta de ser una avería del reloj de discriminación horaria. Casualidad es que todo el consumo eléctrico se vaya a la tarifa más cara y no a la más barata. Me refacturarían, me dijo, pero ha pasado casi un mes y no veo que me devuelvan nada.
La persona que me acompaña en esta especie de destierro (para mí lo es), también tiene que resolver problemas y está más tiempo dedicada a ellos que junto a mí y la verdad es que la soledad que tanto me sirvió para salir de mi depresión, ahora no la soporto. No comprendo cómo pude estar tres años de mi existencia aislado en este desierto. Claro que me acerco por el pueblo, pero ¿con quién hablo? ¿Con el tendero? ¿Con el que me vende las revistas? No, por aquí la gente va a su rollo y eso de entablar conversación es sumamente difícil. Como me acuerdo del pura vida que los ticos usan como saludo y aquellas parrafadas que mi amigo Javier le echaba a quien se cruzara con él.
Con esto del internet por entregas, se me quitan las ganas de escribir en este rincón y ni siquiera he contestado a comentarios que me han hecho, cosa que me fastidia y bastante (me parece una falta de respeto). Espero se solucione y los contestaré.
He visto más televisión que en los dos años anteriores, y ¡vaya lo que se ve! Las noticias acerca de la economía auguran verdaderas catástrofes en Europa y en especial en España. Recortes en derechos laborales, rebaja en los sueldos de los funcionarios, estancamiento de las pensiones y encima los organismos internacionales advirtiéndonos que los recortes son insuficientes y que debemos apretarnos más el cinturón. Ni que decir tiene que siempre pagan la crisis los mismos. Lo que mas me jode es que España sigue siendo el país de Europa; putada que haya que hacer a los más débiles se prueba aquí y se estudia cómo reaccionan el resto de los países. No me extraña, tenemos el jefe de gobierno y de la oposición más inútiles en miles de kilómetros a la redonda.

Entre col y col lechuga:
Llegue cuando las rosas estallaban después de las abundantes lluvias que por aquí cayeron.



He hecho dos viajes a Motril, lugar en el que nací. Por fin acabaron la autovía hasta la costa, la cual pasa por encima del también acabado pantano de Rules, por el cual no han metido en la cárcel a nadie y razones haylas: Se comenzó con un presupuesto equis, y después de ver que los estudios geológicos eran un desastre, se multiplico por dos (¿o tal vez por tres?); pero aquí no acaba la cosa, lo terminan y caen en la cuenta de que no hay conducciones para llevar el agua a donde se suponía que hacía falta, y con la crisis no hay dinero para hacerlas, por lo que lo único que hemos hecho es una bonita laguna artificial (En el momento que esto escribo en él hay 37,26 hectómetros cúbicos). De locos.
En Motril me reuní con mis hermanos (no con mis hermanas) y fuimos a comer a un restaurante de la playa. Una fritada de pescado, ciento cuarenta euros. Aseguro que no estaba rociado con caviar. Abundaban las brótolas, antes llamadas matagatos, y los calamares congelados.

Al pasar por el candelón grande me vinieron recuerdos de mi niñez.

Mi moto la he cogido poco. La verdad es que después de tanto tiempo sin hacerlo no me atrevo a cogerla campo a través.

Por aquí ha pasado un chiquillo estupendo, Alfredo, que en este campo y con esta piscina lo ha pasado como un enano. No salía del agua cuando la temperatura, al menos para mí, era de estar con abrigo. Para colmo le encantan los animales, y donde hay tres perros, no paraba de retozar con ellos; defendía al Fideo cuando decíamos que era muy feo.



He visto atardeceres a los que nunca les había prestado atención y tengo que reconocer son preciosos.

Aunque no colaboré, estaba en momentos bastante bajos, vi como preparaban la tierra y hacían una pequeña huerta en la que sembraron tomates, pimientos, berenjenas, melones y seguramente algo más.
Deje atrás la coleta. Eran muchas las personas que decían que lo hiciera. La verdad es que el pelo largo es un coñazo y la razón por lo que me lo dejé así ya se ha cumplido.
El mundo continúa, pero no sería sincero si no dijera que echo mucho de menos las tertulias de mi pueblo al otro lado del mundo, y por supuesto a los/as amigos/as que por allí tengo.

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