Un diez de mayo de 2.009, escribía lo que continúa. El titulo era: No cambio mi libertad por nada. Me encontraba en Costa Rica. No sé exactamente el por qué he vuelto a leerlo.
La frase del título de este escrito son muchas las veces que me las he repetido, pero también son muchas las que me he preguntado en qué consiste y si al decir “mi”, ya no estoy haciendo géneros de la misma.
Vayamos por partes. Etimológicamente la palabra viene del latín "liber", lo que se interpreta como "persona cuyo espíritu de procreación se encuentra activo", esto derivado del significado que tiene la incorporación del hombre a la sociedad al alcanzar su madurez sexual, para que comience a asumir responsabilidades.
Los romanos decían: "Libertas est potestas faciendi id quod Jure licet" (La libertad es la facultad de hacer lo que el derecho permite)". Justiniano transcribió en el Digesto el concepto y las palabras similares de Florentino: la libertad es la facultad de hacer cada uno lo que le plazca, salvo impedírselo la fuerza o el derecho.
No, no es esta la libertad a la que me refiero.
El filósofo Isaiah Berlin, señala una importante diferencia entre la "libertad de" (libertad negativa), y la "libertad para" (libertad positiva). Por ejemplo, la libertad de la opresión y la libertad para desarrollar el potencial propio. Estos dos tipos de libertad son, en realidad, las que se reflejan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Soy torpe, no me veo reflejado en lo hasta ahora descrito.
Veamos algunas definiciones:
Rene Descartes... consiste solamente en que, para afirmar o negar, perseguir o evitar, las cosas que el entendimiento nos propone, obramos de manera tal que no sentimos que ninguna fuerza fuerce.
Spinoza... es libre lo que existe únicamente por necesidad de su naturaleza y solo por ella se determina la acción.
Para Aristóteles, la libertad está ligada a la capacidad de decidir por si mismo en el ser humano, y estaba ligada a la moral.
Según San Agustín, la libertad consiste en la realización efectiva del bien, para alcanzar la beatitud.
Para Hegel, el concepto es fundamentalmente la libertad de la idea.
Según Henri Bergson, la libertad es la capacidad de la conciencia de regirse por su propia naturaleza, independiente de las leyes y fenómenos de la naturaleza.
Sinceramente, temía escribir sobre un asunto que para mi no esta nada claro. También puede que mis neuronas con el día nublado no den para mucho, pero sigo sin ver lo que en mi mente es la libertad.
Recurro a frases de libertad y esto es lo que encuentro:
Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo.
Franz Grillparzer
Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?
Arturo Graf
El hombre nace libre, responsable y sin excusas.
Jean Paul Sartre
Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo.
Voltaire
La libertad es incompatible con el amor. Un amante es siempre un esclavo.
Germaine de Staël
No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies.
Robert Louis Stevenson
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
Miguel de Cervantes Saavedra
La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen.
Ramiro de Maeztu
La libertad es un lujo que no todos pueden permitirse.
Otto von Bismark
Es más fácil apoderarse del comandante en jefe de un ejército que despojar a un miserable de su libertad.
Confucio
Aunque mí admirado Miguel de Cervantes no define nada, percibo lo que siente, y comulgo con: por la libertad se puede y debe aventurar la vida.
Tambien veo algo de luz en Robert Louis Stevenson.
Definitivamente no se lo que es la libertad, pero la mía la intuyo en cosas muy simples:
No estoy amarrado a ninguna bandera, himno, religión, credo político ni sistema filosófico.
Mi moral no ha sido impuesta, tengo el convencimiento que ha salido de mí.
Nada me ata a ningún lugar del mundo. Si, se que la frase está muy manida, para mí tiene total vigencia: Me considero ciudadano del mundo.
No me considero esclavo de eso inventos sibilinos como serian el celular/móvil, el despertador, la televisión, la computadora, y tantos otros que nos marcan el ritmo de nuestras vidas.
No tengo jefe que me tosa.
No voto (lo haré cuando haya democracia)
No tengo obligaciones impuestas; me las arbitro yo, y con respecto a los demás, me las marca mi propia moral. Mis derechos terminan donde comienzan los derechos del otro (Marthin Luther King), en donde sustituyo “mis derechos” por “mi libertad”
También sé que hay cosas que me la coartan, y el “sistema” se encarga de recordármelas.
Mi sustento depende de una pensión que me dieron como consecuencia de mi depresión. Nada me regalan, puesto que si me hubieran dejado administrar lo que me descontaron para la misma a lo largo de mi vida laboral, tendría, no para una pensión, sino para permitirme lujos que con ella no puedo. Estando a miles de kilómetros de donde me siguen administrando, aun me joden pidiéndome una fe de vida; ¡como si no pudieran cruzar los datos de defunciones!. El caso, como digo, es recordarte que estas atrapado en él.
Ni siquiera puedo circular libremente por el país en el que me encuentro. Después de casi un año de solicitud de residencia aun no la tengo, y aunque dispongo de documentos que dicen que no soy ilegal, no disfruto de la libertad supuesta de los residentes.
25 de marzo de 2011.- Ya en aquellas fechas, tenía mis dudas de en qué consistía la libertad, ahora de lo que si estoy seguro, es de que el que considere que la disfruta, que la coja con pinzas, porque la cosa más nimia te privará de ella, y al decir que te privará, al menos yo pensaba en que te la quitarían causas externas a ti: el sistema, la burocracia y que se yo. Estaba completamente equivocado, ya hace un poco de tiempo escribí Mi cárcel de cristal y no hay que ser un genio para comprender que cárcel y libertad son incompatibles.
Llevo un tiempo que esta palabra es recurrente en mi cerebro.
Mi primera operación de vejiga, me interrumpió el camino que yo había decidido era el mío, pero con el mazazo que me han dado, diciéndome que tengo que volver a operarme y viendo que esta vez es bastante tiempo el que estaré amarrado a esta circunstancia, me están haciendo ver claro que ese camino se me ha truncado totalmente.
Me han roto todos mis esquemas, digo, a lo que me contestan: márcate otros. No es tan fácil. La verdad es que no paro de pensar en otros caminos, pero cada vez que vislumbro uno, inmediatamente lo comparo con el que he perdido y ni por asomo es lo que deseo. En primer lugar, no puedo volar (volar y libertad, para mi van muy unidos). Escoja el camino que escoja no me ha de llevarme muy lejos, puesto que el cordón umbilical que me une al hospital en que me harán todas estas putadas no es muy grande. Volveré a pasar estos fríos que no soporto, no hablaré con aquellos personajes extraños que tanto me llamaban la atención, no disfrutaré de aquellos atardeceres, no me despertaran los congos y tantas otras cosas que hacían que me sintiera muy bien.
Ojala los dioses me iluminen, despierten la imaginación que tan seguro creía tener, y encuentre, si no el camino, al menos la vereda que me haga soportar este año largo de falta de libertad que me espera.
También pienso en que la felicidad es un estado mental. Lo es, pero sin libertad, difícilmente, te puedes acercar a ese estado.
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