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De Tambor de Puntarenas a Tamarindo en panga


Es la de tropecientas veces que menciono la forma de entender los ticos las fechas u horas cuando de una cita se trata. Hace más de una semana, me dijeron de ir a llevar una panga a Tamarindo, pregunté a qué hora íbamos a salir y me dijeron a las dos y media de la mañana. ¿Y cuanto durara el viaje? Pregunté, a lo que me contestaron unas tres horas, y dije que no puesto que no vería nada.
Pasaron los días y el viernes pasado volvieron a decírmelo, pero esta vez la hora de salida seria sobre las cinco a. m. por lo que me apunté.
Pasarían a recogerme a las cuatro y media por lo que me levanté una hora antes. Tranquilamente desayuno, miro el tiempo que nos hará durante el viaje y no sé que mas. No sé cuanto había pasado de las cinco, cuando me recogen, pero mi sorpresa es que queda atrás la entrada al muelle y nos dirigimos a Cóbano. Tabo se había acordado que nos podía faltar aceite para el fueraborda, y a comprarlo fuimos.
Salimos del muelle a las seis de la mañana, por lo que no se pudo cumplir uno de mis objetivos que era ver amanecer desde dentro del agua.
Pensaba ir tranquilamente sentado viendo la costa y todo lo que me fuera llamando la atención, pero nuevo fallo, el oleaje hacia que la panga diera unos pantocazos que mi pobre columna creí se desarmaba, razón por lo que le dije a Tabo que me dejara llevar la panga. Ibas pendiente de cuando salía la embarcación del agua y cuando iba a aterrizar sobre la misma, te asías al timón.
Probé a darle más velocidad con idea de evitar tanto golpe, y lo estaba consiguiendo, pero la hélice, que hace de timón quedaba fuera del agua y la panga perdía el rumbo, e incluso se me atravesaba, por lo que a joderse tocan y a seguir machacando vertebras.
Ya Tabo me había avisado que pasando Cabo Blanco veríamos tortugas, y las primeras fueron una pareja que estaba en plena tarea de apareamiento, pero no fueron las únicas, después otra más, y otra, hasta que se hacía difícil navegar sin abordarlas, por lo que vuelta a moderar.
Enfilamos a Punta Guiones y la costa cada vez queda más lejos hasta casi perderse de vista. De Punta Guiones hasta Bahía Tamarindo, ya nos acercamos mas, pero yo veía unos bajos en los que rompían las olas y bajo ningún concepto me acercaba, pero íbamos a una distancia lo suficientemente cerca para ir viendo que los chalés ya van invadiendo la costa, o sea que Costa Rica aparte de vender biodiversidad, también está vendiendo el país.
Por delante Cabo Velas o Morro Hermoso. Ya sí que quería que la panga volara, pero para entonces volvía a llevarla Tabo e iba a la velocidad que se podía ir y nada más.
En la playa nos esperaban verónica y Vanessa.
Ni con mucho fueron las tres horas de viaje que me dijeron en principio, llegamos a la una de la tarde, o sea que tardamos siete. Verdad es que la mar estaba en las peores condiciones para este tipo de embarcación.





Desilusión con Tamarindo, y no es que sea feo, aunque nada que ver con Bahía Ballena, sino por la cantidad de guiris que pululaban por el mismo.
Vuelta en el carro de Tabo, paramos a comer en las afueras de Santa Cruz, dejamos a un lado Nicoya y lo mejor, habían echado zahorra en el tramo de Playa Naranjo a Paquera.
Llegada a Tambor. La cintura no la sentía.
Bonita experiencia.

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Las iguanas y su trampa mortal, la carretera


Y va de animales.
Llevamos unos días de futbol entre selecciones americanas y europeas que agotan al más pintado. Viendo un partido de no recuerdo quienes, escucho un frenazo al que en principio no le doy más importancia, pero algo más me llamó la atención y cuando salgo, veo el carro parado y a alguien intentando apartar una iguana que estaba bastante brava. Le amenazaba con sus fauces y con su cola daba unos giros que mas que cola parecía un látigo. No estaba el bicho como para acercarse a él, así que al hombre le llevamos una escoba y con ella la sacó fuera de la carretera.
Grabé algo esperando su huida, pero allí permanecía sin moverse, así que vuelta a ver el fútbol.
En eso estábamos cuando escucho un grito más bien de terror. La iguana entraba tan campante, pasa por delante de mis piernas y se introduce en el baño. Cierro la puerta pensando en tomarle un video. El resto ya se ve en el mismo.
Tenía una gata que era buena cazadora y es raro el día que no aparecía con una, como es lógico no de este tamaño y como buen felino, antes de pegarles el mordisco mortal, le gustaba jugar con ellas y ya tenía bien claro que al igual que otros animales, cuando se ven perdidos una de sus tácticas es hacerse el muerto, y eso pensé estaba haciendo esta, pero cuando me fui a mi playa y volví y la vi casi en el mismo lugar, me dije: ha infartado o casi.
Esta mañana en cuanto me despierto, voy a ver como sigue el pobre reptil y algo se ha desplazado. Sigue jodida, me dije, pero aunque el día había amanecido lluvioso, sale el sol y estos bichos que son de sangre fría, el astro rey es pura energía para ellas.
Cosa curiosa, la hembra que ayer no paraba de acercarse a él, veo que sigue por sus alrededores, pero me fijo y veo lo que supongo era la cría. El conductor llevaba razón cuando dijo que tuvo que parar porque eran varias y no podía esquivarlas. Yo he visto alguna atravesar la carretera con la cría a cuestas.
Lo dicho las carreteras son una trampa mortal en especial para estos animales.

El garrobo y la gata


Lo sucio es de remover el garrobo en el interior


El garrobo la planta cara a la gata


Viendo que la gata le puede, se hace el muerto

Dato curioso, su querencia por los servicios. ¿O es pura casualidad?

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Desove de una tortuga verde en Playa Quizales


No, no todo es tan bonito como lo pongo en el vídeo. Como en el digo, ya me habían invitado a tortuguear a Playa Pochote e imaginándome de que se trataba no quise ir. Anoche cuando venía de mi tertulia alguien volvió a hacerlo pero esta vez a Tangomar, en realidad Playa Quizales. Fuera o no fuera, lo que tuvieran que hacer lo harían, así que me decidí a acompañarlos.
Dejamos las últimas casas y llegamos a la playa. La oscuridad era total. El cielo no solo estaba nublado sino que incluso, aunque débil, llovía.
Me había llevado una pequeña linterna pero me advirtieron que en caso de que saliera una, si veía luz se volvería, así que solo la encendía con la esperanza de ver a lo lejos alguna. Hice un largo recorrido y nada de nada.
Estaba sentado bajo una palmera, algo me reguardaba de la lluvia, cuando veo algo de revuelo a lo lejos; me acerco y estaban viendo las huellas que había dejado una que había subido. Fui tras “el experto” y ya a una buena distancia él la veía. Yo no veía un carajo. Estábamos a un metro de ella y seguía sin verla. Más bien escuchaba el ruido que producía con las aletas al ir desplazando la arena para soltar los huevos.
Observo que “el experto” hacia un hoyo junto al que estaba haciendo la tortuga, más profundo y llego a comunicarlo con el del animal, de tal forma que huevo que ponía la tortuga rodaba hacia él y de allí los pasaba a una bolsa de plástico.
A estas alturas mi vista se había adaptado algo y no solo veía la tortuga, sino toda la operación de rapiña, pero lo que más me llamo la atención fue el sonido que hacia el pobre animal. Como si inspirara y después soltara el aire en una especie de quejido.
Al menos para mí fue un momento emocionante.
Una vez que termino el desove la tortuga se puso con sus aletas traseras a tapar la nidada que no existía. A partir de aquí encendí de vez en cuando la linterna y algo pude gravar.
Un gran esfuerzo para dar la vuelta para dirigirse a playa. Creí que su caminar iba a ser más lento, pero no, puede que asustada por la presencia de humanos. No fue mucho el tiempo que tardo en llegar hasta el agua. En cuanto flotó un poco desapareció.
El tiempo total de desove aproximadamente una hora y el número de huevos, ciento veinte y cuatro.
La tortuga verde es una especie en extinción. En Costa Rica está prohibido por ley el “tortuguear”, pero también es verdad que desarraigar ciertas costumbres es difícil, aunque la gran mayoría de la gente se que las respetan.
Costa Rica, ya tuvo un problema a nivel internacional con unas imágenes que circularon por internet y que le hizo mucho daño. Cuando esto lo comento con alguien de la zona, me dicen que es que son tantas las que salen que unas rompen los huevos de las anteriores y antes de que esto ocurra los cogen, a veces, para enterrarlos en otras playas. Después de lo de anoche, lo dudo.


Prueba del desmán.

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Calentamiento global y capa de ozono ¿Nos engañan?


Hace tiempo que dejé de filosofar y no quiero volver a hacerlo. Este blog tal y como lo llevo actualmente, podría ser de viajes y lugares.
Puede que de por si, me haya gustado, en temas en los que no he visto nada clara la cosa, ver la versión no oficial y creo que siempre predispuesto a llevarle la contraria a los que en tantas cosas nos engañan. ¿Alguien se cree las explicaciones que nos dan de la crisis económica actual? Quiero dejar descansar a mis neuronas, cosa que no consiguen hacer la mayor parte de las personas que conozco del mundo que abandoné.
El por qué vuelvo con un tema tan espinoso. Creo hace algunos escritos dije algo similar a: “Voy a terminar creyéndome lo del calentamiento global”, pero es que se me acabaron los libros de primera lectura y mientras no vuelva a Puntarenas estoy releyendo EL ECOLOGISTA ESCEPTICO de Bjorn Lomborg [no se poner la o de Bjorn atravesada por / (lo conseguí: Bjørn)] y si hay alguien escéptico sobre todo lo referente a estos contenidos y otros sobre la falta de alimentos a nivel global, perdida de bosques y mas, este es uno. Curiosamente estuvo en Greenpeace.
Hoy debo estar un poco masoquista, y se me ha ocurrido poner en el buscador: Calentamiento global, y esto es lo que me he encontrado. Ni que decir tiene que vas leyendo y vamos a un desastre.
Me ha salido mi vena maligna y he buscado a los que están en contra de esta teoría (la del desatre) y ni siquiera voy a dar mi opinión, simplemente voy a dejar aquí los enlaces y el que tenga ganas de sufrir que los lea y compare. Probablemente no estén las mejores web, pero he leído otras peores.
Las mentiras del cambio climatico
La estafa del calentamiento global
Entrevista de César a José Antonio Maldonado
EL GRAN TIMO DEL CALENTAMIENTO GLOBAL

Ni se me ha ocurrido buscar “capa de ozono”. Aun recuerdo cuando en las noticias de las televisiones nos anunciaban poco menos que el fin del planeta Tierra. Lo último que leí, y hace bastante tiempo, es que no solo se estaba cerrando, sino que lo que había ocurrido era de lo más normal. ¿Desde cuándo no escuchas la palabra ozono?

Mis neuronas no han sufrido tanto. Probablemente nunca más escriba sobre la crisis a la que nos han llevado, y posiblemente todos tengamos que actuar.

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Entre la pesca del dorado y las lluvias de Octubre


Y pasan cosas… Ha llegado el dorado. En realidad este pescado viene a desovar, pero de eso no entienden los pescadores, ya que es su mayor fuente de ingresos y la temporada es de unos dos meses. Este año incluso se ha adelantado a pesar de las pocas lluvias (Relacionan mucho dorado con fuertes lluvias).
Las pangas salen entre las dos y las cuatro de la mañana y la vuelta es a partir de las cinco de la tarde, es un decir, puesto que por aquí, esa hora es casi la llegada de la noche.
Los estafan. El recibidor les paga a mil y pico de colones los grandes y a quinientos los pequeños, pequeños que en otros lugares se conservarían como trofeos. Una pesca normal anda por los ciento cincuenta kilos.


Nos trajimos este jurel (¿?).


Mientras todos estaban pendientes de la pesca, yo me divertía con los pelícanos (buchones por aquí). Estos están civilizados. Casi tienes que empujarles para que se vayan. ¿Pegarse las zambullidas que se meten para coger una pobre sardina?.. Es de tontos, aquí sobra la comida. Entre las agallas y las huevas, que esa es otra, que las tiran, y están riquísimas, aquí tienen comida de sobra.


Costa Rica, a pesar de ser un país pequeño, tiene gran variedad de climas (tropical seco, tropical húmedo, de montaña…). La época de lluvias no necesariamente es la misma en todos los lugares; aquí en Tambor, los meses más lluviosos son Septiembre y Octubre, pero Septiembre, pasó sin pena ni gloria y este llevaba el mismo camino, pero ayer, ya por la tarde, lo hizo como lo suele hacer aquí. La gente las echaba de menos. Bienvenida sea. Las tormentas también han sido escasas.


Lo peor: Ha muerto Mónica. Triste. De unos treinta años y bastante guapa. Amiga mía.
Sus imágenes han corrido por Facebook, así que aquí dejo una

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Final de La Paquereña en la travesía Puntarenas Paquera


Son muchas las veces que he hecho la travesía desde Paquera hasta Puntarenas en la llamada Paquereña, lancha cuyo nombre era Don Bernardino.
Las últimas veces que he hecho el trayecto en el ferry, he visto asomar el puente sobre las aguas. No sé el por qué causa la hundieron.
Siento cierta nostalgia.
El que su final sería ese, estaba cantado. El sur de la península de Nicoya está aislado del resto del mundo (bueno hay unas pistas especiales para tanques por las que puede uno trasladarse a la civilización) y el papel que hacen los transbordadores pasando vehículos es indispensable.
Como digo me gustaba hacer el viaje en ellas. El ruido del motor no apagaba las conversaciones entre los pasajeros. Era como retroceder en el tiempo.
Había gente que le tenía temor a subirse en ella, porque con un poco de marejada se movía bastante, el agua entraba y mojaba a los pasajeros, de hecho llevaba unas lonas en las bordas que en el caso de que esto ocurriera las desplegaba haciendo el efecto paraguas.
Al llegar a Puntarenas, a diferencia del ferry, nos dejaba junto al mercado, en pleno centro.
Recordando como desapareció la Soda de Ángela, me vino a la memoria y aquí dejo un pequeño homenaje a esta embarcación en la que tanta gente de este lugar hizo la travesia a Puntarenas.

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Playa Cocalito de Tambor de Puntarenas Costa rica


La verdad es que no acabo de enterarme de la división territorial de Costa Rica. Posiblemente Playa Cocalito no pertenezca a Tambor, en realidad está más bien debajo de La Abuela, pero qué es La Abuela. En realidad lo que yo allí veo es un conjunto desperdigado de casas que no se si tienen alguna entidad.
Dejemos esto.
Que mi reloj biológico ha cambiado es una cosa segura, pero hay otro reloj que no se qué puñetas es del que no consigo desprenderme y es el de los domingos. Veo a la gente pasar con sus ropas de ir a misa y otros que se que como mínimo no trabajan. Para mí todos los días debían ser iguales, pero lo asocio con el resto de la gente y pienso que algo diferente debía hacer.
Ayer con mi manía de descubrir cosas pensé en Playa Cocalito. Vanessa no tenía muy claro el camino a seguir a partir de Tangomar, pero no tardo mucho en llamar a Miguel. En media hora estoy ahí, le contestó, pero las medias horas ticas pueden ser eternas. Apareció al par de horas y para entonces ya se había apuntado Álvaro y ya éramos tres, pero andando, nos dicen de recoger a la macha y ya éramos cuatro.
Seguimos con el carro hasta donde ya es imposible para un vehículo a motor, pero no solo para estos, ni siquiera para animales, de hecho hay otra trocha por donde van a caballo.
Hasta llegar a donde se ve vista del mar, no hay problemas, pero para bajar a la Quebrada del Chorro, hay que hacerlo por un camino de rocas algunas de las mismas hay que, más bien, escalarlas. Llegamos hasta el riachuelo.
Pensando en que el camino no era el más adecuado para las típicas sandalias, me puse mis botas, unas figueres, que en su día fueron las usadas por los campesinos y su nombre algo tiene que ver con que las suministró un presidente, Figueres, al ejército, que iba descalzo. Hice bien porque el camino ya cerca de la playa, era pura roca por las que había que trepar y subir. También pasé el riachuelo del Chorro con ellas puestas porque las piedras que forman su lecho, estaban llenas de verdín.
Primer contratiempo: Las olas rompían con fuerza sobre una parte del sendero y ya alguien no quería pasar. El segundo es que estábamos en plena marea alta y el paso por Las Playitas, como mínimo nos iban a poner chorreando, así que este fue el final del trayecto. Playa Cocalito la vimos, en realidad, estuvimos a unos metros, pero en realidad no la pisamos. Volveré.
El camino de vuelta, como es de suponer, el mismo, solo que esta vez subiendo.
Carro y a Tambor.
Va en aumento el número de playa de difícil acceso que conozco. Buena señal para mi mente.

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