Lapas en el malinche que nos cobija en nuestras tertulias

Hace un par de semanas que al atardecer se refugian encima de nuestras cabezas una bandada de zanates.

Al principio me gustaba, aunque no dejaba de extrañarme que habiendo tantos arboles hubieran escogido justo en el que nos encontrábamos los humanos. Ahora ya no me gusta tanto, porque cuando menos te lo esperas, tienes una hermosa cagada adornándote la camiseta. Por más que Rigo, a base de patadas, los espante, siguen volviendo.
Lo que ya no es tan normal es que hoy parara una bandada de lapas. Por aquí cerca hay una reserva, así que no es extraño verlas en especial por las tardes cuando regresan, me imagino, a su refugio, lo raro es que se paren en el malinche que hay junto a donde nos sentamos por las tardes.

Devoraban sus semillas. Quizás fuera hambre.
Los mismos lugareños estaban extrañados y todos estaban bajo el árbol observándolas, hasta cierto punto con cierto peligro, puesto que de los dos extremos de las vainas sacaban las semillas, por el centro las cogían con su pata, y después las tiraban y puedo asegurar que si te cae una encima en especial de pico, te hace bastante pupa.

Debería estar oscureciendo lo bastante cuando una de ellas, supongo la jefa/e, emprendió vuelo y las siguieron todas.

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