La hipertensión arterial es un factor importante de riesgo a la hora de padecer problemas cardiovasculares. Para mantener alejada esta dolencia, es importante modificar algunos de nuestros hábitos.
Es uno de los trastornos que peores consecuencias puede acarrear para nuestra salud y, sin embargo, no siempre se le concede la importancia que realmente tiene. Es primordial, por lo tanto, controlar sus cifras con frecuencia y, en el caso de que sean más altas de lo aconsejable, hacer todo lo que esté en nuestra mano para bajarlos.
Cuando hablamos de presión nos referimos a la que ejerce la sangre sobre las arterias para que éstas la lleven hacia los distintos órganos del cuerpo. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación.
Cuando esta presión es demasiado elevada (hipertensión) el corazón debe aumentar su masa muscular para responder a ese sobreesfuerzo. Este incremento muscular eleva el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, angina de pecho y arritmias. Además, favorece el depósito de placas de colesterol en las arterias y la formación de trombos que, a su vez, pueden producir infarto de miocardio o cerebral. Cuando la
hipertensión es muy grave puede, incluso, dilatar las paredes de la aorta (aneurisma) o, incluso, romperlas. También de sufrir problemas renales, alteraciones de la visión y disfunción eréctil en los hombres.
NIVELES RECOMENDABLESPresión arterial normalMÁXIMA: entre 120-129 mmHg.
MÍNIMA: entre 80 y 84 mmHg.
Presión arterial normal-altaMÁXIMA: entre 130-139 mmHg.
MÍNIMA: entre 85-89 mmHg.
Hipertensión grado 1MÁXIMA: entre 140-159 mmHg.
MÍNIMA: entre 90-99 mmHg.
Hipertensión grado 2MÁXIMA: entre 160-179 mmHg
MÍNIMA: entre 100-109 mmHg
Hipertensión grado 3MÁXIMA: más de 180 mmHg
MÍNIMA: más de 110 mmHg
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTOSean cuales sean nuestros valores de tensión arterial, es importante conocer los factores que más pueden elevarlos, así como los que nos ayudan a mantenerlos en unos límites aceptables.
Dejar de fumarSegún los especialistas, los efectos beneficiosos que obtenemos al dejar de fumar son superiores a los que proporciona cualquier fármaco contra la hipertensión. No hay que olvidar que el tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Consumo moderado de alcoholEl consumo moderado de alcohol (un vaso de vino al día en las comidas como máximo) resulta aceptable, pero si superamos este límite corremos el riesgo de que aumente la presión arterial y, como consecuencia, se experimenten alteraciones muy perjudiciales en el corazón y otros órganos.
Evitar el sobrepesoLas personas obesas tienen un riesgo entre dos y tres veces mayor de sufrir hipertensión, ya que la presión arterial aumenta de forma proporcional al peso (más de la mitad de las personas obesas son hipertensas). Adelgazar de forma gradual es una medida que permite, por sí sola, reducir la tensión de forma considerable. En ocasiones, la pérdida del 10% del peso total corporal puede corregir el problema sin necesidad de recurrir al tratamiento farmacológico.
Hacer ejercicioAdemás de reducir la presión arterial, el deporte practicado de forma regular aumenta la masa muscular, ayuda a controlar el peso y mejora la salud cardiovascular. Cualquier actividad física resulta eficaz (caminar un mínimo de media hora al día, ir en bicicleta, correr, etc.), con tal que se practique un mínimo de tres días por semana.
Comer de forma adecuadaSeguir una dieta cardiosaludable, rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales, pescado y carne de ave (en lugar de carnes rojas) nos ayudarán a mantener nuestra tensión en unos niveles aceptables.
Todas las personas, tanto si son hipertensas como si no, deben disminuir el consumo de sal y de los alimentos que la contengan. En su lugar, se aconseja aderezar los platos con especias, hierbas aromáticas, zumo de limón, ajo, cebolla, etc. También es importante reducir el consumo de alimentos que contengan sal en gran cantidad como los embutidos, los precocinados, los aperitivos salados, los ahumados, las conservas, los salazones, etc.
Comer alimentos ricos en potasio. Este mineral regula los niveles de tensión arterial. Lo encontrarás en las legumbres, los futos secos, el plátano, las acelgas, las alcachofas...
Controlar las grasas saturadas presentes en las carnes rojas, los embutidos, la bollería industrial, los precocinados, los lácteos enteros, etc. Sustituye estos alimentos por carne magra, pollo y pescado cocinados al horno, a la plancha o al vapor.
FALSOS MITOSSobre la tensión arterial circulan muchas creencias que son completamente falsas, a continuación abordamos y desmitificamos ideas falsas como las siguientes:
"Si se sufre hipertensión, no se puede tomar café". No se ha comprobado que el café cause hipertensión. Si no hay ninguna otra contraindicación, los hipertensos pueden beber entre una y tres tazas diarias.
"Si se toman fármacos contra la hipertensión, no hace falta comer sin sal". Esto es totalmente falso, ya que, incluso las personas que tienen los valores correctos, deben tener cuidado con el consumo de este condimento. En el caso de las personas hipertensas, es imprescindible que sigan los consejos dietéticos de su médico. Hay que tener en cuenta, además, que la medicación es más efectiva si se reduce la sal.
"Es peligroso tener la tensión descompensada". El hecho de que los valores de las presiones mínima y máxima estén próximos no es tan relevante como se piensa. Según los expertos, lo realmente importante es que estén dentro de los niveles recomendados (140/90 mmHg.)
"Se puede interrumpir el tratamiento cuando la tensión se normalice". Algunas personas abandonan o reducen la medicación porque se encuentran bien o porque sus valores empiezan a ser correctos. Esto es un error, ya que nunca hay que dejar de tomarla sin que el médico lo autorice.
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