Repito escrito de crisis, porque entre otras cosas me tiene obsesionado/asustado. Como sigan por el camino que van los políticos, nos van a llevar a la ruina (ya nos han llevado), no solo a la generación actual, sino a las venideras.
En un escrito anterior me preguntaba qué coño eran los mercados, a lo que escuché a cierto tipo que los teníamos por entes perversos y que de eso nada, que simplemente eran, llamémoslos organismos, a los que los ahorradores les encargaban sus dineros y que no los invertían en cualquier parte sino que se aseguraban no solo donde obtener la máxima rentabilidad, sino que huían del peligro de hacerlo donde existieran dudas de su recuperación (España está en las antípodas). Hasta aquí perfecto, aunque mantengo que hay algo más.
Si, aunque sean raras avis, los ahorradores también existen, y yo siempre he sido uno de ellos; lo puedo asegurar. En mis tiempos de Marino Mercante, ganaba mucho dinero, y cuando pasé a tierra, a pesar de ocupar el tercer puesto en lo referente al salario de todos los que allí trabajábamos, no dejaba de ser una cuarta parte de lo ganado anteriormente. Me hice una pregunta y una reflexión: ¿Cómo puede sobrevivir esta gente con esta miseria?, y la segunda: Por detrás de mí, hay cuatrocientos ochenta y siete que cobran menos que yo y no se quejan. Tengo que adaptarme, me dije, y lo conseguí. Jamás me compré un vehículo mediante una financiera, ni mi lancha Zodiac, ni mis vacaciones en la playa; todo lo pagaba al tuntún, por supuesto habiéndolo ahorrado antes. El colmo fue la segunda vivienda en la que actualmente vivo.
De ese mi primer trabajo terrícola pasé a otro en el que el salario me fue en aumento, pero ya había llegado el tiempo de vivir por encima de nuestras posibilidades, y observaba a mis compañeros, que si yo tenía un Passat, ellos tenían que tener un BMW, cosa que conseguían mediante la adquisición de un préstamo. No solo fue el vehículo, sino que su casa habitual, se les quedaba pequeña y se embarcaban en otro préstamo para adquirir una por encima de sus posibilidades.
Leopoldo Abadía, que después de jubilado se está forrando, le escuché decir, que los gobiernos debían seguir el ejemplo de las familias ahorradoras, a lo que un estúpido periodista, con ínsulas de intelectual, le contesto que no comparara la economía familiar con la de un país. Contestación: me gustaría me explicara el por qué, porque esta misma pregunta se la he hecho a los mejores expertos en economía y nadie ha sabido contestarme. Por supuesto tampoco hubo respuesta del intelectuactoide.
Los que han provocado esto han sido los bancos, los gobiernos y los retrasados mentales que no veían en el follón que se estaban metiendo. Los bancos nos perseguían para darnos un crédito. Se me ocurrió preguntar por las características y precio de un vehículo y el vendedor del concesionario me persiguió hasta en la sopa. Todo esto lo sabían los gobiernos, pero su teoría era que si consumíamos, fuera entrampados o no, la economía iba hacia adelante. Hasta que ha estallado todo. Ni con mucho son estas las causas ultimas de la crisis; la multiplicación por tropecientos del personal necesario para llevar la administración de nuestros impuestos (para nada estoy hablando de los funcionarios), tanto en el gobierno central, autonomías y ayuntamientos es, entre otras, las que nos ha llevado a esta situación.
Principales culpables: Los políticos, sean del color que sean.
Una última apostilla: En mis tiempos estábamos convencidos que queríamos un mundo mejor para nuestros hijos. No solo no lo hemos conseguido sino que hemos llevado al caos hasta el de nuestros nietos y paro de contar.
Búsqueda en Google de: La economía familiar y la economía de los gobiernos
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